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Por: Gildardo Mota
Paso libre y detener la actividad del crimen autorizado-organizado para evitar miles de muertes de jóvenes, mujeres y padres de familia que parten de países de El Salvador, Honduras y Guatemala con destino a los Estados Unidos de Norteamérica, exigieron madres de migrantes centroamericanos al gobierno federal de Enrique Peña Nieto, en su paso por la ciudad de México y como parte de la caravana que iniciaron la primera semana de diciembre desde sus países de origen.
Tan sólo de El Salvador más de 42 madres encabezadas por Anita Zelaya buscan a sus desaparecidos y los cuerpos de sus hijos asesinados, pero también respuesta del gobierno federal ante la gran cantidad de abusos cometidos en contra de migrantes centroamericanos que aspiran a mejorar su situación económica en la Unión Americana.
Antes, los migrantes centroamericanos enfrentaban el riesgo de morir de frío, hambre o de un piquete de víbora, ahora es el ferrocarril y el narcotráfico; la ruta del migrante centroamericano está llena de fosas, de hombres y mujeres que fallecieron despedazados por el ferrocarril o masacrados por el crimen organizado, refirió Anita Zelaya.
Rosa Mely Santos, representante de madres de migrantes de Honduras, acusa con fuerza: “los violadores de nuestras niñas son quienes laboran en el Instituto Nacional de Migración, ellos son otro peligro, se escudan por ser autoridad, causan mucho daño a nuestros hijos, ellos los detienen y entregan a grupos de delincuentes”.
Exigimos al gobierno de México que retire la visa, queremos paso libre para nuestros migrantes, pediremos indemnización por cada muerto al gobierno de Enrique Peña Nieto. Nuestros hijos no son delincuentes, salieron de sus países para trabajar en los Estados Unidos de América para obtener recursos económicos y comprar por lo menos una casa digna para nosotras, sus madres, agregó Mely Santos.
“Acaso no los jóvenes mexicanos que también parten hacia los Estados Unidos de Norteamérica no también llevan ilusiones para mejorar la situación económica de sus familias, acaso no les dolería a sus madres que a sus hijos los asesinaran o desaparecieran, pedimos como madres que buscan desesperadamente a sus hijos que respeten la integridad física de cada migrante centroamericano”.
Para nosotras, expuso Anita Zelaya, la palabra ilegal no aplica en los migrantes centroamericanos, porque son legales, podemos decirles indocumentados porque les roban sus documentos, se ven obligados a tirarlos por la situación en que se encuentran.
“Yo amo a mi hijo, salió un día de El Salvador con muchos sueños, tenía 22 años, hoy no sé de él. Detrás de cada migrante hay una historia dolorosa, una familia preocupada, esposos y esposas esperando. La fuerza interior que tenemos y mueve es el amor a nuestros hijos”.
Nosotras como madres estamos pidiendo que se respeten los derechos de nuestros migrantes, y que si en México no entienden qué es realmente el amor de una madre, si no lo perciben, estamos aquí para hacer visible los abusos que cometen en contra de ellos y sus familias, concluyó Mely Santos.