Por Claudia Juárez, Ciencia UNAM-DGDC

Los volcanes son ventanas al interior del planeta, en donde las presiones y temperaturas son muy diferentes a las que observamos en la superficie. De pronto, muestran señales de una actividad potencialmente peligrosa.

En México, hay más de 40 volcanes activos, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED). Los más activos en el presente son los de Colima y el Popocatépetl.

  • Un volcán es una estructura geológica por donde sale magma del interior de la Tierra hacia la superficie.

“El magma es un material que está parcialmente fundido; en él se encuentran cristales, líquidos y gases. Puede salir de un volcán de forma explosiva como fragmentos o como lava. Normalmente un magma más rico en sílice es más explosivo que uno que contiene más minerales de fierro y magnesio, el cual muchas veces sale como lava”, explica la doctora Ana Lillian Martín Del Pozzo, investigadora del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM.

Los volcanes activos en algún momento pueden explotar y lanzar el magma, esos materiales extremadamente calientes acumulados en el interior.

“Los gases volcánicos son el motor de las erupciones”, afirma el vulcanólogo Robin Campion. El vapor de agua es el gas más abundante de la actividad volcánica, constituye entre el 80 y  99% del total de las emisiones. Le sigue el bióxido de carbono y el bióxido de azufre.

“Los gases permiten al magma subir hasta la superficie, y una vez que éste se acerca a la superficie, es la expansión de los gases lo que proyecta los materiales hacia la atmósfera. Al final, la fuerza que alcanzan los gases va a determinar el potencial de la erupción”, agrega el también investigador del Instituto de Geofísica.

En el caso del Popocatépetl, el 2% del magma llega a la superficie, el resto se queda en la profundidad.

Monitoreo de la actividad volcánica

El problema que enfrenta la vulcanología, es que no es posible observar el interior de los volcanes; sin embargo, aplica métodos como el registro de la actividad sísmica en el coloso, muestreo y análisis de ceniza, mediciones de la deformidad del suelo y el monitoreo de los gases, entre otros, con el fin de evaluar el nivel de riesgo de un volcán activo.

Los especialistas por lo general consideran un volcán activo aquel del que se tiene un registro histórico de erupciones. Aunque esta definición es muy relativa, aclara la doctora Martín del Pozzo, ya que en Rusia, por ejemplo, el registro de erupciones volcánicas es reciente, mientras que en otras regiones del mundo como Grecia o Asia Menor, los datos de estos fenómenos se remontan a más de 4 mil años.

“En México tenemos registros de erupciones volcánicas desde antes de la Colonia hasta la actualidad, porque hay referencias antiguas en los códices de los pueblos prehispánicos. Esa información ayuda a reconstruir la historia eruptiva de los volcanes y también es útil para apoyar los estudios geológicos que son la base para elaborar los mapas de peligro, como los que se han hecho de volcanes como el Popocatépetl y el de Colima”, agrega la vulcanóloga.

La vulcanóloga Lillian destaca la importancia de realizar un monitoreo continuo de los volcanes mexicanos con mayor actividad, para tener un mejor conocimiento de su estado en el presente y estar preparados ante el eventual peligro. Esto requiere de una inversión fuerte, que debe acompañarse de programas de educación para que la población no olvide los peligros de vivir cerca de un coloso.

Cambios recientes en el patrón de actividad del Popo

El estado actual de actividad del volcán ha aumentado la vigilancia, el análisis y al alerta a la población por parte de las autoridades.

En conferencia de prensa, vulcanólogos de la UNAM mencionaron los principales cambios que han detectado en la actividad del coloso:

Es la primera ocasión, en 25 años de actividad, que se observan explosiones importantes sin necesidad de la presencia de un domo.

-Cuando el coloso retomó su actividad (1994), requería de la presencia de un domo o tapón que limitara la salida de gases y material rocoso para hacer erupción. Luego de los sismos de 2017 se comenzaron a registrar algunos cambios en su actividad.

-En los primeros días de marzo (2019), se observó la explosión del domo 82,  presencia de columnas de humo y salida de material incandescente de forma libre, algo que no había sido observado antes.

-Se ha registrado un aumento en el diámetro del cráter, el cual se ha hecho más profundo.

Estos datos llevan a los vulcanólogos a plantear tres escenarios posibles:

-La actividad regresa a su característica anterior, es decir, desgasificación pasiva del magma profundo, acompañada de nuevos ciclos de construcción y destrucción de domos.

-El volcán registra explosiones de intensidad moderada, separada con horas y días de calma y acumulación de gases.

-Periodo sin explosiones ni emisiones de gases hasta que la presión acumulada se libera rápidamente, provocando una erupción de gran magnitud; este escenario es el menos probable.

Un poco de la historia evolutiva del Popo

  • 5 erupciones cataclísmicas en los últimos 14,000 años
  • 1994: erupción más reciente
  • Etapas efusivas y explosivas en los últimos años, asociadas con el crecimiento y destrucción de domos de lava en el interior del cráter.
  • El Popocatépetl es el volcán mejor instrumentado de nuestro país. Lo vigilan el CENAPRED en colaboración con expertos de la UNAM.
  • Más de 25 millones de personas habitan a menos de 100 km del cráter, por lo que se le considera uno de los volcanes más peligrosos del mundo.

Otros volcanes activos en territorio mexicano

BÁRCENA. Se encuentra en la Isla San Benedicto del Archipiélago de Revillagigedo. Una de sus características es el delta de lava que se formó en la costa tras su última erupción en 1952  y que ahora se encuentra endurecido.

EVERMAN. Está ubicado en Isla Socorro, en el Archipiélago de Revillagigedo. La cumbre del volcán sobresale del agua, pero la mayor parte de su estructura es submarina. Su última erupción ocurrió en el fondo marino el 29 de enero de 1993 y finalizó en febrero de 1994.

CEBORUCO. Está ubicado al extremo oeste del Eje Neovolcánico Mexicano en el estado de Nayarit. La erupción más fuerte fue en 1870; el volcán se considera activo y emite fumarolas.

CITLALTÉPETL O PICO DE ORIZABA. Es un volcán ubicado en los límites territoriales de los estados de Puebla y Veracruz. Su última erupción conocida fue en 1846, aunque más recientemente en 1992 se detectó actividad sísmica ligera.

VOLCÁN DE COLIMA.  Se encuentra en los límites de Colima y Jalisco. La última erupción fue en 2013.

CHICHÓN. Se localiza en el noroeste de Chiapas. La última vez que hizo erupción fue en los meses de abril y mayo de 1982. El evento dejó un saldo de 2 mil muertos y 20 mil personas desplazadas.