ANA Y AMADO

• Él con su inspiración la inmortalizó en “La Amada Inmóvil”.
• En el programa radiofónico “Voz, Educación y Comunidad” del CSEIIO le brindamos un homenaje.

DEDICATORIA: 25 DE MAYO, APENAS UN AÑO…

¡PIDO LA PALABRA! Desde esta tribuna periodística para exclamar ¡viva Amado Nervo! Sí estimados lectores viva el poeta en sus versos y en sus metáforas. Inspiración encendida que inmortalizó a su Ana; la veló, la lloró, por ella quiso quitarse la vida.
Velándola en soledad le escribió “La Amada Inmóvil”.
96 años cumplió este 24 de mayo de haber partido al viaje intergaláctico. Él y su Amada están en brazos de la eternidad. Buscó comunicarse con ella después de muerta. La imaginaba en una estrella. Tuvo miedo del suicidio, porque fuera castigado, con no verla en el más allá.
El domingo 24 de diciembre de 1911 fue la noche buena más triste de su vida. Su Ana estaba muy enferma, él la cuidaba, y el sábado 6 de enero fue la noche más espantosa, ella estaba en agonía; el domingo 7 de enero al mediodía Ana fallecía. Él la veló todas las noches. Un mes después el diría estar enamorado de una muerta, de adorar a un fantasma. “Con ella todo, sin ella nada”.
En el Museo Amado Nervo de Tepic, Nayarit, se realiza una serie de actividades para conmemorar al poeta consagrado.
Despido esta primera parte de tres, con el poema GRATIA PLENA:
Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar…
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada como Margarita sin par,
el influjo de su alma celeste amanecía…
Era llena de gracia, como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé qué prestigio lejano y singular.
Más que muchas princesas, princesa parecía:
era llena de gracia como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Yo gocé del privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía;
pero flores tan bellas nunca pueden durar!
¡Era llena de gracia, como el Avemaría,
y a la Fuente de gracia, de donde procedía,
se volvió… como gota que se vuelve a la mar!

* DIRECTOR DEL PROGRAMA RADIOFÓNICO ¡PIDO LA PALABRA! maldonado3001@hotmail.com.