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Chile entró a la historia. Ganó a Argentina, su bestia negra, por penales y conquistó por primera vez un título internacional. Una Copa América que será recordada por siempre y que llenó de alegría el corazón de más de 17 millones de chilenos. Un título que nunca se olvidará y que festejarán hasta el cansancio, con alegría y emoción, todas las familias del país más austral del mundo.

El penal de Alexis Sánchez, lanzado con clave al costado derecho de Romero, desató la alegría. Un grito de júbilo guardado por años, aguantado en varias oportunidades. Un festejo que el pueblo chileno tenía guardado desde las angustiantes definiciones de 1979 .

Había confianza. Un taxista lo dijo cuando llegamos Estadio Nacional. «Hoy somos campeones». A sus 59 años, contó que tenía todo listo con los vecinos para hacer un asado y festejar este histórico momento. Adelantó «sé que no llegaré a la tercera sin que Chile sea campeón». Sus palabras, tras los penales, tomaron razón.

No fue solamente Claudio Bravo quien levantó la Copa. También estuvieron junto al equipo dando la vuelta olímpica todos los hinchas de la Roja. La gente que sufrió con las inundaciones en el norte, las personas que perdieron todo en Valparaíso con los incendios, los sureños que vieron como su casa se derrumbaba en el terremoto.

Es la mejor generación de la historia, sin lugar a dudas. Y los jugadores antiguos lo celebran. Lo festeja Carlos Caszely con sus gambetas, Iván Zamorano con sus cabezazos, Patricio Yáñez con sus veloces arranques, Marcelo Salas con sus goles y Elías Figueroa con sus excelentes salidas. También otros que partieron: Arturo Carecacho Torres, Sergio Livingston y Francisco Valdés.

Este día, el 4 de julio de 2015, nunca será olvidado en Chile. Nunca más se dirá que su Selección ganó nada. Fiesta habrá en todas partes, cuecas se bailarán por doquier. La parrilla no dejará de estar prendida y el trago pasará de mano en mano. Los padres festejaran con sus hijos, los nietos llorarán junto a sus abuelos. Las madres les contarán este cuento a sus niños antes de dormir y el mundo mirará hacia el lugar más austral del mundo de forma distinta, porque allá, en ese rincón, están los campeones de América.