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Por: Gildardo Mota

Cuando San Francisco vivía en la ciudad de Gubbio un lobo feroz tenía aterrorizada a la población, el poder divino de quien tiempo después sería concebido como un santo permitió que aquel salvaje animal se convirtiera en el célebre “hermano lobo” de los pobladores; en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán se escribe una historia singular a partir del arribo a la presidencia municipal de Héctor Santiago Aragón (a) “el lobo”, quien ahora llama “hermanos” a un selecto grupo de “comunicadores” y a quienes ha pedido su apoyo para ser diputado federal/local  por el PRI en los próximos procesos constitucionales.

El lobo de la ciudad de Gubbio, el hermano de San Francisco, se convirtió en aliado de los pobladores y amigo de los niños,  falleció de viejo; el “lobo” de Santa Cruz Xoxocotlán, dice ser aliado de la ciudadanía, hermano y amigo de los comunicadores, no quiere fallecer de viejo y pobre, sino famoso y adinerado, no le importa el costo económico de una representación popular de mayor envergadura. “¿Cuánto es caro?”, se le suele escuchar al “lobo” de Xoxocotlán en su círculo de amistades.

De profesión arquitecto, según refieren sus amigos y su currículo, Héctor Santiago llegó a ser conocido por un sector popular poblacional simpatizante de la música grupera y de banda, ya que por algunos años se dedicó a conducir  programas de radio que promocionan este tipo de género musical, a cuyas empresas por cierto ha favorecido con sendos convenios de publicidad ya en el cargo como presidente municipal.

Héctor Santiago obtuvo la presidencia municipal de Santa Cruz Xoxocotlán con las siglas del PRI y del Partido Verde Ecologista de México, años atrás habría contendido por la misma concejalía, pero a través del Partido Nueva Alianza, fracasando en su objetivo por aquellos años.

Este viernes por la mañana, Héctor Santiago realizó una convivencia con un grupo de comunicadores, supuestamente en el marco de los festejos del Día de la Libertad de Expresión, el cual se conmemoró el 7 de junio por diversas agrupaciones de periodistas, que no locutores, el evento sirvió para consolidar “amarres” y convenios de publicidad que van de los mil hasta los 20 mil pesos mensuales, esto según el sapo es la pedrada.

El evento se realizó en el rancho “los lobos”, ubicado en la agencia de San Javier en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, para llegar a este lugar se tiene que transitar por la avenida “Guadalupe Hinojosa”, por cierto totalmente deshecha, al igual que otras calles principales de esta demarcación.

En su pobre discurso, Héctor Santiago se limitó a decir que provenía de la radio, que formaba parte de los comunicadores y por tal razón los llamó hermanos, les pidió su apoyo para ser diputado local o federal en los próximos comicios, pues el gobierno municipal de Santa Cruz Xoxocotlán se le hace chico para hacerse un buche.

También citó a su “lobito” en su cuasi discurso, como enviando un mensaje hacia los comunicadores asistentes a la convivencia para que también lo apoyen y quizás, un día no muy lejano, emule o supere a su padre. Y es que Héctor Santiago ya ingresó a la escuela de políticosrancios que encabeza el ex gobernador José Nelsón Murat Casab, quien insiste en posicionar a su hijo Alejandro Murat Hinojosa como aspirante a la Senaduría y al Gobierno del Estado.

Al tren de “oportunidades” que ofertó Héctor Santiago, se incorporaron algunos dirigentes de agrupaciones de periodistas, como el caso de Mónica Castañeda, dirigente de la delegación 7 del Sindicato Nacional de Redactores y Trabajadores de la Prensa, quien en forma ocurrente entregó un reconocimiento al presidente de Santa Cruz Xoxocotlán por los “apoyos” que ha brindado a los comunicadores.

Pocos periodistas y sí muchos “comunicadores” desconocen el origen de la festividad del 7 de junio, pero como cita Jacinto Rodríguez en su obra “La Otra Guerra Secreta”, el origen de estos festejos no podía ser peor. Una comida en honor al presidente Miguel Alemán por parte de los directores y gerentes de periódicos, encabezados por el coronel José García Valseca, dueño de la organización de periódicos El Sol.

Un año después, refiere Jacinto Rodríguez, en agradecimiento, Miguel Alemán estableció por decreto presidencial, el 7 de junio como el Día de la Libertad de Prensa. Y el 31 de diciembre de 1975 Luis Echeverría Álvarez, también por decreto presidencial, inauguró la entrega de Premios  Nacionales de Periodismo e Información.