Moisés MOLINA

Con mi abrazo solidario para Sol Jarquín.

No se trata de buscar culpables, pero sí de deslindar responsabilidades.

Así lo dejó en claro Alejandro Murat cuando dijo en entrevista que, en relación a los indignantes y desafortunados sucesos de Juchitán, se hará justicia y habrá cero tolerancia.

Y es que las ejecuciones obligaron, ante la incompetencia, insensibilidad y lavado de manos de la autoridad municipal, a la puesta en marcha de una nueva estrategia de seguridad para los municipios del istmo primero, y para las demás regiones del estado sucesivamente.

Es la Fuerza Especial de Seguridad Oaxaca que incorpora a las fuerzas federales y estatales de seguridad para un objetivo común: recuperar la tranquilidad de la ciudadanía ahí donde las autoridades municipales no hacen la tarea.

Hay que decirlo claro. La presidenta municipal de Juchitán con licencia, Gloria Sánchez López debería también ser llamada a cuentas.

¿Por qué faltó a su compromiso de campaña y a su oferta de gobierno respecto del combate a la inseguridad?

¿Por qué hoy más allá de lavarse las manos reparte culpas entre quienes tienen que ir a arreglar lo que a ella en realidad nunca le interesó?

¿Dónde quedaron los millonarios fondos federales y las millonarias contribuciones pagadas por las empresas eólicas supuestamente destinados a este delicado rubro?

¿Por qué se permitió gobernar un municipio tan complicado con una mermada corporación policial sin armas y sin capacitación ni certificación?

¿Por qué jugó inmisericordemente con la vida, la tranquilidad, la salud y el patrimonio de los juchitecos?

¿Por qué abandonó irresponsablemente la administración municipal en un momento tan delicado pensando egoístamente en su proyecto político personal para saltar a una diputación plurinominal?

El artículo 115 constitucional lo dice muy claro:

“Fracción III. Los municipios tendrán a su cargo las funciones y servicios públicos siguientes:

h) Seguridad pública… policía preventiva municipal y tránsito”.

 

Que el mismo precepto en relación con el numeral 21 de la propia carta magna obliga a la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, es cierto. Pero lo que se ha dado en el cabildo juchiteco desde hace varios años tiene un nombre: complacencia.

Hoy nos damos cuenta que hay juchitecos de primera y de segunda. Y esa segregación se impone desde su autoridad municipal experta en el arte de encogerse de hombros, victimizarse y sacar raja política de un asunto tan serio y en que la sombra de la responsabilidad la alcanza.

En lugar de andar grillando con un asunto tan delicado, mejor debiera responder a todos estos cuestionamientos.

Apersonado en el istmo de Tehuantepec, desde la base aérea de Ciudad Ixtepec, el gobernador del estado ha anunciado que a partir de hoy, 500 elementos del Ejército Mexicano, de la Marina, de la Fuerza Aerea, de la PGR y de la policía estatal estarán con 50 vehículos devolviendo la tranquilidad a las familias de esa región.

Es bueno saber que la misma estrategia irá progresivamente a las demás regiones de Oaxaca.

@MoisesMolina