La diputada Noemí Zoila Guzmán Lagunes (PRI) señaló la importancia de perfeccionar, difundir y establecer el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex), a nivel nacional, como herramienta que contribuye a salvar vidas frente a una contingencia telúrica, de la cual no está exenta ninguna región.

Para ello, impulsa un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente, a fin de que el Ejecutivo Federal y entidades federativas amplíen, fortalezcan, mantengan en operación y difundan este protocolo de seguridad, activado en 162 ocasiones durante los 25 años de funcionamiento.

La legisladora, secretaria de la Comisión de Protección Civil, destacó que el Sasmex puede alertar a más de 25 millones de personas; no obstante que “los recursos destinados actualmente para su operación son limitados y compromete la sostenibilidad del mismo”.

Guzmán Lagunes resaltó la necesidad de ampliar la cobertura, modernizar, mantener la operación y la difusión de alertas sísmicas a la población, ya que nuestro país enfrenta un alto riesgo telúrico, sobre todo porque están identificadas zonas en la costa del pacífico mexicano con alto potencial de producir un sismo de gran magnitud, de acuerdo con los especialistas.

Afirmó que los sismos de septiembre de 2017, mostraron la eficacia del Sasmex y la gente tuvo tiempo de prepararse, segundos previos a los efectos de los movimientos telúricos que se sintieron en las ciudades que difunden la alerta.

Se ha demostrado que los Sistemas de Alerta Temprana contribuyen a salvar vidas y que México cuenta con una herramienta reconocida internacionalmente, incluso por la ONU y con respaldo de casi 32 años de investigación para avisar sobre sismos.

Refirió que los temblores de septiembre de 1985 generaron los más grandes daños por sismo en México en la época reciente. Por ello, en 1986 se creó el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico A. C. (Cires), con el objetivo de mitigar el riesgo sísmico a través de la toma de datos de aceleración sísmica.

En 1987, el Cires inició la operación de la Red Acelerográfica de la Ciudad de México que mide sistemáticamente las aceleraciones de los suelos por sismos, con un acervo público y gratuito de más de 165 movimientos y 6 mil 600 registros que han contribuido a revisar de forma continua las normas de construcción capitalinas.

También en 1991 y 2003, el Cires desarrolló por solicitud de las autoridades de la Ciudad de México y Oaxaca, las alertas sísmicas de estos estados, y desde 2012 se integraron para conformar el Sasmex, con la contribución adicional de apoyo por otras regiones que la difunden.