Moisés MOLINA

¿A quién le importa hoy el futuro del PRI?

 

La mayoría de quienes votaron en contra de él aún festinan su exilio de la Presidencia, de las nuevas gubernaturas, del Congreso de la Unión, de los congresos locales y de la mayoría de las presidencias municipales.

 

Todos lo dan por muerto… excepto quienes ya sacaron las uñas para pelear, como no lo hicieron en la elección, sus despojos; los que están acostumbrados a ganar a rio revuelto; espíritus miserables que han hecho del ganar perdiendo un estilo de vida.

 

Pero el futuro inmediato del PRI es algo que debe preocupar a todos independientemente de simpatías o antipatías, porque aún a pesar de sus números, sigue teniendo suficiente presencia para convertirse junto con el PAN en una oposición responsable.

 

Una oposición responsable es siempre necesaria en todo régimen que se jacte de ser democrático.

 

Los electores echaron nuevamente al PRI del gobierno. Pero solamente los priistas podrán auto exiliarse del sistema político. De ellos depende su sobrevivencia o su extinción.

 

Y es que a esta guerra Meade y Peña no fueron solamente contra AMLO y ANAYA; fueron contra otros grupos al interior del PRI que no “jalaron parejo”, que no sumaron más que a su proyecto personal y que, desde el primer momento, le apostaron a que Meade perdiera para salir de las sombras a gritar a los cuatro vientos: “se los dije”.

 

El “grupo Hidalgo”, el “grupo México”, el “grupo Sonora”, et al.

 

Varios de ellos hoy son Senadores y Diputados Federales (de los pocos privilegiados que entraron por la vía plurinominal) y algunos otros completamente marginados por impresentables.

Que el PRI necesita un golpe de timón, es innegable.

Necesita una sacudida, aires nuevos que le permitan volver a ser, poco a poco, opción sobre todo para las nuevas generaciones.

 

El PRI ya demostró en el 2000, básicamente con los mismos actores, su darwinismo. El dinosaurio fue, al igual que hoy,  herido de muerte y sobrevivió.

 

Si los grupos se reconcilian; si hacen como una primera tarea una reflexión seria y profunda y actúan en consecuencia para retomar esa interlocución que en algún momento  perdieron con la sociedad; si abrazan sin más simulaciones la democracia interna y ceden paso a las nuevas generaciones que no pueden tener el destino de envejecer defendiendo las causas juveniles; y si además se sacuden de una vez por todas esos cuadros tan perniciosos devenidos en sumas que restan, el PRI podrá tener más claridad en su futuro.

 

Hoy es Ulises Ruiz quien asoma groseramente su encorvada figura, tan torcida como sus intenciones.

 

Impune, cínico, desvergonzado, desmemoriado, oportunista, vengativo disfraza su traición de preocupación y hace circular un texto de once cuartillas con 416 nombres al calce en donde acusa todo (absolutamente todo) aquello que en su oportunidad como gobernador no quiso hacer.

 

Ulises Ruiz responsabiliza directamente a Peña Nieto de la derrota y se le olvida que fue él como gobernador el que por primera vez en la historia de Oaxaca le entregó el gobierno a la oposición en el 2010. Pero a los priistas oaxaqueños no se les olvida.

 

Ulises Ruiz hace extensiva la responsabilidad de la derrota a los funcionarios encargados de combatir la pobreza y no veque el Secretario de Desarrollo Social durante todo el proceso electoral se llama Eviel Pérez Magaña. Sí, el mismo que impuso como candidato y que perdió contra Gabino Cué. Pero los priistas oaxaqueños sí lo ven.

 

Ulises Ruiz exige al Presidente y a todo su gabinete que saquen las manos del PRI y que mejor preparen la entrega ordenada al próximo gobierno y se olvida de que como gobernador perdedor lo que menos hizo fue sacar las manos del PRI.

Al contrario, le allanó el camino a su candidato perdedorEviel Pérez Magaña para que asumiera la presidencia del PRI local y para que llegara después calculadamente al Senado perdiendo la elección y al amparo de las bondades de la primera minoría. Eso los priistas oaxaqueños lo tienen en la memoria.

 

2016 era su regreso triunfal con Eviel candidato. No se dio y hoy arremete contra todos (Eviel incluido) en un gesto de desesperación.

 

Ulises Ruiz acusa “decisiones cupulares, imposiciones, amiguismo, compadrazgos, caprichos de una clase gobernante insensible y prepotente” y no se acuerda que ese fue ni más ni menos su actuar como gobernador de Oaxaca y dueño del PRI.

 

Desde 2004 delegó el gobierno. Dejó encargada el arpa a su “burbuja” para irse a operar la candidatura de su mecenas Roberto Madrazo. Olvida que la candidatura de Madrazo fue una decisión cupular disfrazada de democracia interna.

 

Olvida que Roberto Madrazo compitió contra un patiño de nombre Everardo Moreno. Eso sí, los priistas oaxaqueños lo olvidaron. No recuerdan quién es Everardo Moreno.

 

Madrazo perdió la elección contra Calderón con una votación apenas 6 puntos porcentuales por encima de lo que obtuvo Meade y Oaxaca perdió la mayoría de las diputaciones federales. Los priistas de Oaxaca no olvidan que su operador estrella era el gobernador del estado con funciones de coordinador de campaña, Ulises Ruiz Ortiz.

 

Ulises Ruiz acusa imposiciones del CEN hacia los comités estatales y no se pregunta cuál fue la relación que él mantuvo con el CDE de Oaxaca y no se diga con los Comités Municipales.

 

¿Acaso respetó su autonomía a la hora de definir candidaturas?  Por supuesto que no.

 

Ulises Ruiz exige la renuncia inmediata de los integrantes del  Comité Ejecutivo Nacional y de los líderes de sectores y organizaciones en un acto de “elemental congruencia” y ya se le olvidó que en un acto de “elemental incongruencia”, cuando Eviel Perdió la elección, lejos de hacer un ejercicio de autocrítica y de preocuparse por entregar la administración en orden (como ahora lo exige) tomó por asalto la dirigencia del PRI imponiendo como dirigente al mismo Eviel, concitando con ello el repudio de los priistas que en el interior del estado se habían roto el alma en esa elección.

 

Eviel debió regresar a las regiones a agradecer el voto. Dueño de su voluntad, Ulises lo atrincheró en el PRI local donde fue severamente cuestionado, pero aguardando el momento preciso para lanzarse con rapacidad sobre la Senaduría, su pasaporte a 2016. Los priistas de Oaxaca aún lo cuentan.

http://www.jornada.com.mx/2012/01/26/estados/034n3est

 

Ulises Ruiz pide hoy elección directa de la nueva dirigencia y llama “Democracia Interna” a su “expresión nacional por la refundación del PRI” y exige que se le escuche, que se le tome en cuenta, que se le invite a las mesas donde se toman los acuerdos y de las cuales quedó excluido desde el momento en que dejó de ser gobernador y se convirtió a los ojos de su pueblo en represor, por decir lo menos.

 

Le duele recordar al “Frente Renovador por un PRI para todos” que nació con el mismo espíritu democratizador de su “democracia interna”, solo que con una pequeña gran diferencia: con todo y lo jurásico de algunos de sus integrantes y desaciertos, el Frente Renovador gozaba de mayor legitimidad y calidad moral. Ulises lo negó, lo minimizó, lo menospreció, lo ninguneó, no quiso verlo. Y eso a muchos aún no se les olvida.

 

En abono a lo anterior dejo aquí algunos artículos de opinión que escribí en aquel tiempo y que son hoy testimonio puntual de lo que pasó en aquel tiempo y que pueden perfectamente aplicarse al momento actual.

https://moises-molina.blogspot.com/search?q=amigos+del+pri

https://moises-molina.blogspot.com/2011/08/pri-oaxaqueno-crisis-y-refundacion.html

https://moises-molina.blogspot.com/search?q=amigos+del+pri

 

A Ulises Ruiz lo mandaron a Quintana Roo a consumar una elección ganada e increíblemente la perdió.

 

Presidente del PRI, diputado local, diputado federal, senador, gobernador, sub secretario de elecciones del CEN del PRI, delegado político en varios estados del país, operador electoral con patente de corso son las credenciales de URO. Credenciales que se hicieron agua. Hizo fama y los aires democratizadores de México y de Oaxaca lo echaron a dormir.

 

El buen juez por su casa empieza y en Oaxaca a Ulises no lo quieren los priistas ni los no priistas. Vamos, ni siquiera votó en Oaxaca.  Por eso quiere ser profeta fuera de su tierra.

¿O por qué de los 416 firmantes de su “yo acuso” además de él, solo figuran dos oaxaqueños? Héctor Gómez Núñez y José Escobar Gómez.

 

No sé usted, pero a los otros  413 yo no los conozco. No sé si existan. Y de existir, no sé cuántos sean Oaxaqueños.

 

Si en verdad existen, ojalá no se estén prestando al juego como carne de cañón.

 

Ulises estará pateando el pesebre estos días. Sabe que es su último tren. Quizás algunos lo vean bajo una óptica distinta, pero hay que dejar en claro que en Oaxaca jugo para el Senado con el candidato del PRD y también perdió.

 

Si lo invitan a la mesa sin temor a equivocarme creo que lejos de abonar a la reconstrucción, el PRI estaría dando un pésimo mensaje a la nación.

 

Ulises Ruiz, Moreira, Borge, Duarte, Granier, Medina, Marín fueron junto con el gasolinazo, las casas blancas, la gran estafa, Ayotzinapa y la violencia, el grito de guerra de los triunfadores.

 

La culpa no fue solo de Peña. También fue de aquellos que pudiendo, no quisieron hacer lo correcto.

 

Sin rubor alguno Ulises dice que hoy quiere ser el nuevo presidente nacional del PRI y con la boca llena de sangre dice que tiene calidad moral.

 

¿Y el conflicto político social de 2006 que hoy le tiene demandado ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad? Fueron 30 personas muertas, 311 detenidas arbitrariamente, 248 torturadas y por lo menos dos desapariciones forzadas según lo hizo constar la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.

http://www.milenio.com/estados/denuncian-ulises-ruiz-corte-penal-internacional

 

Hoy Ulises derrocha dinero a manos llenas en espacios en radio, TV y prensa escrita para resurgir como el demócrata, el redentor, el vengador, el iluminado, el mesías.

Hoy Ulises quiere venderse como el salvador del PRI.

Que lo compre quien no le conozca.