El día de ayer México vivió una Jornada Electoral histórica que como nación nos debe 

llenar de orgullo por la demostración que se ha dado en clave democrática. Ayer más de 48 millones de personas salieron de sus casas para refrendar sus convicciones políticas y su compromiso con la democracia. Esto significa que alrededor del 52% de las personas que pudieron votar lo hicieron, y que hoy, orgullosamente la de 2021 representa la elección intermedia con mayor votación que ha tenido nuestro país en este siglo. Pero el carácter histórico de las elecciones va más allá de este dato.

Ya sabíamos que la elección del día de ayer pasaría a la historia por haber consolidado los mecanismos que garantizan la paridad en todos los ámbitos de la competencia electoral, por haber garantizado candidaturas a la diversidad social que convive y se expresa en todo el país y por haber ampliado las cuotas de representación legislativa a los pueblos y comunidades indígenas. Lo sabíamos porque fueron las condiciones que, como autoridad electoral, nos toca conformar para que la sociedad se exprese libremente y las fuerzas políticas busquen el apoyo de las y los electores. 

Lo inédito del día de ayer y que como sociedad debe llenarnos de orgullo es el trabajo de los más de 48 mil Capacitadores y Supervisores Electorales del INE, el compromiso democrático de las y los funcionarios de casillas durante toda la jornada electoral y el cuidado que pusieron en sus actividades para recibir y contar los votos. A ellos debemos el sustento de la civilidad con que la sociedad vivió una de las jornadas electorales más emocionantes y disputadas de nuestra historia; gracias a su esfuerzo, compromiso y dedicación, la sociedad mexicana pudo vivir y recrear la democracia en paz y en libertad.

Mención particular merecen los miembros del Servicio Profesional Electoral y de la Rama Administrativa del Instituto Nacional Electoral, así como a las y los integrantes de la Junta General Ejecutiva. Su profesionalismo, compromiso, entrega y responsabilidad constituyen la columna vertebral del INE y es la garantía de la eficacia institucional al hacer elecciones. 

A las consejeras y los consejeros locales y distritales, que constituyen el componente ciudadano del proceso de toma de decisiones de la elección, va un agradecimiento especial en reconocimiento a su labor.   

Gracias también, por supuesto, a los millones de mexicanos y mexicanas que ayer se volcaron a las urnas y que hicieron de la Jornada Electoral una auténtica fiesta democrática. Todas y todos ellos asumieron con responsabilidad las medidas sanitarias adoptadas y siguieron con puntualidad los protocolos establecidos para que el ejercicio de nuestros derechos políticos no pusiera en riesgo el derecho a la salud. Y a quienes ejercieron su derecho al voto desde el extranjero, también hay que felicitarlos por ese compromiso democrático que trasciende nuestras fronteras. 

Es necesario reconocer la colaboración de otras instituciones del Estado mexicano, que garantizaron condiciones de seguridad para hacer posible las condiciones de paz pública que en general prevalecieron el día de ayer, como condición para el ejercicio libre del voto. 

Asimismo, reconocemos el compromiso democrático de los concesionarios de la radio y la televisión que en este proceso tuvieron un cumplimiento puntual de la pauta, como ha venido ocurriendo en otros procesos, pero en éste de forma muy particular, de los promocionales de partidos, candidaturas e instituciones electorales, así como de los medios en general para una cobertura equitativa de las campañas. Su actuación permitió concretar el principio de equidad en las condiciones de la competencia que define a las elecciones democráticas.

Con su voto, la ciudadanía honró y refrendó el compromiso democrático que como sociedad hemos asumido. La de ayer fue una jornada en la que la participación masiva de millones de personas permitió dar un paso más en la consolidación de nuestro sistema electoral, base de nuestra convivencia democrática. 

Permítanme ofrecer tres datos que hablan por sí solos del éxito de la jornada comicial de ayer domingo: 

•           Con corte a las 13:00 del día hoy, los sistemas institucionales reportan que se instaló el 99.84% de las más de 162 mil casillas que los Consejos Distritales previeron para que los 93.5 millones de electores potenciales ejercieran su derecho a decidir en democracia, y únicamente se reportaron 32 casos de casillas no instaladas más 128 adicionales, en las que se suspendió la votación de manera definitiva por diversas causas. 

•           Los Programas de Resultados Electorales Preliminares y los Conteos Rápidos realizados para las 15 gubernaturas en juego y para la integración de la Cámara de diputadas y diputados, proporcionaron información cierta y oportuna, por lo que siguen consolidándose como herramientas que contribuyen a la certeza de nuestras elecciones, en tanto se llevan a cabo los cómputos distritales que iniciarán, por cierto, el próximo miércoles en cada uno de los consejos distritales del Instituto Nacional Electoral.

•           La legalidad de la jornada electoral se fortaleció con la participación efectiva de más de 1.1 millones de representantes de partidos y candidaturas independientes que vigilaron efectivamente el buen desarrollo de la votación, así como por los casi 20 mil observadores electorales y los 559 visitantes extranjeros que atestiguaron que, en México, las elecciones son ciudadanas, imparciales, equitativas, plurales y competidas.

De esta forma, la Jornada Electoral del 6 de junio se ha convertido ya en una experiencia más que enriquece las tres décadas de trabajo institucional de organizar elecciones limpias y libres, y representa una nueva expresión del carácter plural y diverso de nuestra nación.

Para el INE la Jornada Electoral del día de ayer representa una expresión del intenso pluralismo político que ha enraizado en nuestro país y que caracteriza a nuestra democracia. Y esto nos lleva a insistir en que el modelo electoral de nuestra nación funciona y garantiza condiciones de equidad para la competencia por los poderes públicos. Nadie puede decir, sin faltar a la verdad, que los procedimientos, el personal o las autoridades electorales están a favor o en contra de una fuerza política o autoridades determinadas.

Con la exitosa jornada de ayer aún no concluye el proceso electoral federal. Hay aún cuatro momentos fundamentales por venir.

En primer lugar, como ya lo mencionaba, este miércoles iniciarán los cómputos distritales, que concluirán a más tardar el siguiente domingo. Con dicha etapa del proceso electoral se podrá saber qué fuerza política ganó en cada uno de los 300 distritos. 

En esa etapa, se realizarán también los recuentos de los votos que correspondan legalmente, para garantizar el principio de certeza que rige en nuestras elecciones. 

Después, deberá desahogarse el proceso de fiscalización de los ingresos y gastos de campaña, y resolver las posibles sanciones derivadas de dicho proceso. Asimismo, se verificará, por parte del INE, que no haya rebase a los topes de gasto establecidos. 

Posteriormente, vendrán los probables recursos de impugnación a los que tienen derecho todos los contendientes, y los litigios en los que la última palabra la tendrá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que tiene la responsabilidad de calificar las elecciones.

Finalmente, una vez concluido lo anterior, ya con resultados definitivos de la elección de las 300 diputaciones de Mayoría Relativa, a finales de agosto el INE realizará la asignación de las 200 diputaciones por el principio de Representación Proporcional, con lo que quedará, en su momento, debidamente integrada la próxima legislatura de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Hoy, el día después, la gran mayoría de quienes compitieron por uno de los más de 20 mil cargos que estaban en contienda reconocieron la eficacia del sistema electoral y los resultados, que no son otra cosa, más que la expresión de la voluntad ciudadana.

Como es natural en democracia, hay ganadores y perdedores, pero, así como nadie puede decir que ganó o perdió todo, tampoco puede afirmarse que alguna fuerza política triunfó o fue derrotada para siempre. En México, la alternancia se ha vuelto parte de la normalidad democrática y esto es posible gracias a un sistema electoral que se ha ido desarrollando y robusteciendo durante más de tres décadas y que, este 6 de junio, volvió a funcionar para darle a la ciudadanía comicios con calidad técnica, legalidad, equidad, transparencia y certeza.

México es un país diverso y plural. Ese rasgo está en el ADN de nuestra nación, y la información preliminar que mostraron los Conteos Rápidos institucionales y los resultados que sigue arrojando el PREP hasta este momento, hablan y constatan la vigorosa diversidad política que hay a lo largo y ancho del país. 

El país está en paz al día siguiente de una jornada electoral que despertó tantas expectativas, que se desarrolló en medio de la peor pandemia de los últimos cien años y en uno de los contextos más desafiantes para la vida de las democracias. La normalidad democrática que hoy prevalece en todo el territorio nacional es porque las elecciones en México se han consolidado como el espacio para que las diferencias políticas se expresen, se confronten y se diriman en paz y con civilidad.

En suma, gracias a un sinnúmero de actores que hicieron posible este Proceso Electoral.

Gracias a los funcionarios del Instituto Nacional Electoral. 

Gracias a los Capacitadores Asistentes Electores que hicieron posible el contacto y el vínculo del Instituto con la ciudadanía.

Gracias, por supuesto, a la ciudadanía que fungió como funcionarias y funcionarios de las Mesas Directivas de Casilla. 

Gracias a los partidos políticos por su responsabilidad y compromiso con las reglas que ellos mismos fijaron.

Gracias a los miles de candidatas y candidatos que han decidido jugar con estas reglas y hoy refrendan ese compromiso. 

Gracias a las observadoras y observadores electorales nacionales.

Gracias a los visitantes extranjeros. 

Gracias a las autoridades que convergieron en la realización de esta elección. 

Y finalmente y en primer lugar, gracias a los medios de comunicación. 

Y gracias finalmente y en primer lugar a las y los millones de mexicanas y mexicanos que se apropiaron y que hicieron de la de ayer una fiesta democrática.