Jocabed Betanzos Velázquez (Jb).

Hace algunos años se publicó un libro por el que muchas personas se volvieron locas, hablaba de un secreto para atraer todo aquello que deseamos, no puedo siquiera recordar a cuánta gente vi escribiendo cientos de renglones de una declaración sobre eso que anhelaban, o repitiendo una misma frase en sus carros de camino al trabajo hablando con total seguridad de que eso que tanto habían soñado se presentaría de frente a ellos como por arte de magia.


A decir verdad a mi esto nunca me ha sucedido así y sobra decir que soy una persona que practica una fe bastante firme. El carro no ha caído del cielo hasta el día de hoy, ni una casa, no amaneció una maleta de dinero debajo de mi cama ni el trabajo de mis sueños ha sucedido sin el más mínimo de los esfuerzos, con total honestidad puedo decir que normalmente he tenido que salir a trabajar cada día para lograr pequeños pasos que me permitan seguir soñando en que algún día lograré cada uno de mis objetivos. Para poder viajar la primera vez fuera de mi país tuve que vender pastelitos en un parque a personas que no querían comprar, aprendí a hacer collares y rematé casi todas las corbatas de mi papá, y ¿sabes?, casi puedo ver una cuenta en mi mente, no lo he logrado todo pero sin duda esas pequeñas cosas que he alcanzado son proporcionales a un esfuerzo diario que muchas veces nadie ve y que solamente yo conozco.


No, no todos nacemos con las mismas oportunidades pero muchas oportunidades si las creamos cada día saliendo a dar lo mejor de nosotros. Pregúntate hoy si esa casa que sueñas, el carro o la universidad a donde quieres enviar a tus hijos son dignos de tu esfuerzo y estás actuando proporcionalmente a tus planes, porque sino…. Houston, tenemos un problema.


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