Por: @Tony Michoacán

  • Ayer… los mexicanos hablaron en las urnas y han decidido que desean la continuidad de la Cuarta Transformación (4T).

Por ello, afirmó que la elección debe ser respetada, pues es la expresión de la voluntad popular en una democracia. Sin embargo, hay una diferencia entre respetar la decisión y eximirla de un análisis crítico. Al considerar los resultados, debemos preguntarnos: ¿qué motiva a millones de ciudadanos a votar por más de lo mismo, a pesar de las innumerables fallas y escándalos que han marcado este gobierno?

No importan los miles de muertos por la violencia. La inseguridad sigue siendo un problema descontrolado, con el crimen organizado dominando grandes extensiones del país. Las cifras de homicidios son escalofriantes, pero parece que para muchos votantes, estas vidas perdidas no pesan en la balanza electoral.
No importa que haya existido el mayor saqueo en la historia reciente en SEGALMEX. La corrupción, que la 4T prometió erradicar, ha encontrado nuevas formas de manifestarse. El escándalo de SEGALMEX, con miles de millones de pesos desviados, es solo uno de los muchos ejemplos de cómo la promesa de un gobierno incorruptible se ha desmoronado.

No importa que hayan construido una refinería que no refina, un aeropuerto que solo es para vuelos de carga o un Tren Maya que no lleva pasajeros. Proyectos faraónicos, carentes de planificación y viabilidad, se han convertido en símbolos de un despilfarro monumental. La refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya no han cumplido sus promesas y, en algunos casos, ni siquiera están operativos.

No importan los cientos de muertos por el COVID-19. La gestión de la pandemia ha sido desastrosa, con miles de vidas perdidas debido a la falta de preparación y respuesta adecuada. La falta de insumos médicos y la improvisación han dejado un saldo trágico que muchos parecen dispuestos a olvidar.

No importa que, al acudir a un hospital, no te atiendan y, si te atienden, no haya médicos o medicinas. El sistema de salud público está colapsado, sin recursos ni personal suficiente para atender a la población. Las quejas sobre la falta de medicamentos y la atención deficiente se han multiplicado, pero parece que esto tampoco afecta la decisión de una gran parte del electorado.

No importa que se caiga el metro y haya muertos inocentes. El colapso de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, con su trágico saldo de víctimas, es un doloroso recordatorio de las consecuencias de la negligencia y la corrupción. Sin embargo, la memoria de estos inocentes parece desvanecerse frente a las urnas.

No importa que haya graves acusaciones de corrupción y abusos contra los candidatos. Las denuncias contra los líderes y candidatos de Morena no han impedido que sigan recibiendo el apoyo del pueblo. La tolerancia a la corrupción y los abusos es alarmante, y plantea serias dudas sobre los valores y prioridades de los votantes.

En resumen, los mexicanos han elegido la continuidad de la 4T, pero esta elección revela una preocupante indiferencia hacia los problemas críticos que enfrenta el país. Respetar la decisión del pueblo no significa aceptar ciegamente sus consecuencias. Es necesario un análisis crítico y honesto de por qué millones de ciudadanos parecen dispuestos a ignorar las fallas y escándalos de este gobierno.

El reto ahora es exigir que el gobierno que ha recibido este renovado mandato demuestre un verdadero compromiso con la mejora y la rendición de cuentas. De lo contrario, el ciclo de desilusión y desconfianza solo se profundizará, dejando a México atrapado en una espiral de mediocridad y corrupción.

Por cierto… Alfonso Martínez, aunque ganó de forma contundente, el escenario estatal luce desafiante.
Fuentes:

@TonyMichoacanMx

redmichoacan.com