• Dedicación y empatía identifican a estos profesionales, resaltó el rector Enrique Graue
• Inauguró la exposición “Enfermería Universitaria: tiempo y espacio”, en el marco de la celebración por los 50 años de la licenciatura del área en la UNAM
• La ENEO ha contribuido con una extensa formación de recursos a nivel superior: 47 generaciones hasta hoy, dijo su directora María Dolores Zarza

Dedicación, constante atención e inagotable empatía identifican a los profesionales de la enfermería. Por ello, la sociedad mexicana reconoce su importante papel y la califica como la profesión más respetada, de acuerdo a la Encuesta sobre la Percepción Pública de Ciencia y Tecnología 2017, del INEGI, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue. 

Al inaugurar la exposición “Enfermería Universitaria: tiempo y espacio”, en el marco de la celebración por los 50 años de la licenciatura en Enfermería y Obstetricia, subrayó que durante medio siglo la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) ha formado profesionistas con gran nivel académico, con ética universitaria y espíritu de servicio. En la Universidad Nacional nos sentimos muy orgullosos de esta entidad, subrayó.

El rector dijo a estos profesionales que sin su participación en los equipos de salud, los médicos enfrentarían mayores problemas para atender a los pacientes. Enfermeras y obstetras “son la vía de contacto con los enfermos; de ustedes depende la confianza que tienen en las instituciones, y son ustedes quienes hacen posible su curación y rehabilitación”.

Los antecedentes de la licenciatura en Enfermería y Obstetricia se remontan a la última década del siglo XIX, cuando Eduardo Liceaga inició los esfuerzos educativos para formar ciudadanos –que no fueran miembros del clero regular– en el cuidado de los enfermos hospitalarios, refirió.

Así, la atención hospitalaria pasó de ser una caridad cristiana a una vocación de servicio profesional, y se reconoció que el cuidado de la salud era una obligación del Estado.

En 1907 se estableció la primera escuela de enfermería en el Hospital General de México, y en 1911 se incorporó a la Universidad Nacional de México como parte de la Escuela Nacional de Medicina.

En 1945, con la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad, se creó la ENEO, que primero ofreció estudios a nivel técnico, y en 1968 estableció la licenciatura.

En ceremonia efectuada en la Antigua Escuela de Medicina, la directora de la ENEO, María Dolores Zarza Arizmendi, explicó que con la exposición inicia un programa académico para reflexionar sobre el origen, tradición y función social de esta Escuela, así como su contribución para resolver los problemas de salud que afectan a la sociedad mexicana.

“Hemos logrado posicionarnos como la escuela en el área que más ha contribuido a la formación de profesionistas a nivel superior. Hemos egresado 47 generaciones”, destacó.

Actualmente, se atiende a cuatro mil 372 alumnos de los sistemas escolarizado y a distancia; desde hace más de 20 años ofrece estudios de posgrado y forma a especialistas en 16 ramas. Además, su proyecto educativo es congruente con las tendencias señaladas por organismos internacionales y de América Latina.

El reto, añadió Zarza Arizmendi, es asegurar que las personas que requieren de cuidados de salud cuenten con profesionales competentes, con una sólida formación que les permita tomar las decisiones adecuadas.

En la ceremonia participaron también el director de la Facultad de Medicina, Germán Fajardo Dolci; la secretaria general de la ENEO, Patricia González; la decana de la misma entidad, Íñiga Pérez; el alumno consejero universitario, Juan Arcos Ortiz; y miembros de la primera generación.