SAN_JUAN_TEITIPAC

Por: Gildardo Mota

Por representar una gran amenaza para los pueblos, doce comunidades oaxaqueñas y once agrupaciones sociales y civiles demandaron a los gobiernos federal y estatal la cancelación de las concesiones mineras en Magdalena Teitipac, San José del Progreso y Capulálpam de Méndez.

En conferencia de prensa, integrantes del Colectivo Oaxaqueño en Defensa de los Territorios exigieron cambiar el modelo económico y político que permite la depredación de las tierras, el respecto a la libre autodeterminación de los pueblos indígenas, la cancelación de todos los proyectos mineros, el respeto a los procedimientos de consulta sustentados en el convenio 169, firmado por México ante la Organización Internacional del Trabajo en 1992.

Pidieron también el cese a la provocación y represión contra la lucha pacífica de San José del Progreso, la cancelación de las demandas penales del ex comisariado de bienes comunales y del consejo de vigilancia, contra los ciudadanos y comuneros de Magdalena Teitipac.

Y es que de acuerdo a la declaratoria emitida el 17 de agosto al término del primer Foro Regional sobre Minería y sus Impactos en Comunidades Indígenas, realizado en Magdalena Teitipac, se estableció que el estado nacional se ha vuelto garante de las inversiones de las compañías transnacionales y de las instituciones financieras multilaterales, por lo que los gobiernos al optar por el capitalismo depredador, o asociarse con las citadas empresas, se convierten en enemigos del pueblo.

Armando de la Cruz Cortés, representante de las 12 comunidades oaxaqueñas dijo que frente al citado modelo extractivista, se definió tejer esquemas de resistencia, mediante el fortalecimiento de estructuras comunitarias como asambleas y autoridades comunitarias, manteniendo el control del territorio comunal y el vigorizamiento de la memoria histórica.

Actualmente vivimos bajo un modelo económico y político basado en la extracción acelerada de nuestros bienes comunes como los minerales, agua, bosques, petróleo, aire, gas, carbón y conocimientos, a través del despojo y la mercantilización de nuestros territorios ancestrales, abundó.

Bajo la imposición del este modelo extractivista, los pueblos herederos del antiguo Anáhuac de Abya Yala (Mesoamérica), luchamos contra un proceso hegemónico trasnacional de destrucción de nuestras prácticas de organización social, económica, política y simbólica, concluyó De la Cruz Cortés.