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El pasado 25 de noviembre se lanzó una nueva propuesta de Norma Oficial Mexicana (PROY-NOM199-SCFI-2015) donde se definen las bebidas alcohólicas que se producen y consumen en México​, se ​describen sus métodos de elaboración, etiquetado y por consecuencia su regulación​. Todo esto en aras de proteger y mantener informado al consumidor de manera veraz y sin confusiones.

Sin embargo, en este proyecto de norma, entre otros huecos legales y de definiciones de varias bebidas involucradas, ha llamado la atención la intervención con respecto a​ los destilados de Agave.

La NOM199 busca limitar ​el uso de ​la palabra “Agave” y “maguey” para productos que cuenten actualmente con alguna Denominación de Origen.

De aprobarse esta norma, todos los productores (especialmente los artesanales y tradicionales) que hacen mezcales en los más de 11 estados de la República que NO cuentan actualmente con una denominación, estarían obligados a llamarle Komil a sus bebidas. Además, se les PROHIBIRÍA utilizar la palabra “Agave” en su etiqueta comercial, a pesar de que sus bebidas estén hechas​ con esa materia prima.

Por un lado, es ilegal, pues no se puede apropiar una palabra de uso común y científico como lo es Agave, sino que además, los productores de estas bebidas tendrían que OCULTAR al consumidor de qué está hecha su bebida.

Por otro lado, la palabra Komil no tiene ningún vínculo de histórico, cultural, lingüístico o social que relacione con alguna bebida, mucho menos con los destilados de Agave (mezcales). Así que es una imposición que marca una competencia comercial desleal para todos estos productores pues no podrían contender en el mismo mercado con los que sí tengan esa palabra, siendo que los primeros son de la misma o muchas veces de mejor calidad.

Es una doble marginación, pues ya en algún momento les prohibieron llamarle “mezcal” a sus bebidas que producían mucho antes de existieran las Denominaciones de Origen (actualmente tienen que llamarlas “Destilado de Agave”) y ahora prentenden quitarles esa palabra que es el único vínculo con la planta con la que está elaborado. Esto es un despojo a la cultura centenaria de estas comunidades, de nuestro patrimonio cultural, de nuestro lenguaje y de nuestra gastronomía mexicana.

Lamentablemente estas propuestas responden únicamente a fines comerciales con las grandes empresas vitivinícolas transnacionales.

​Si estamos preocupados por nuestro patrimonio y su biodiversidad cultural, esta es la manera de demostarlo.

Nuestra solicitud va a la Comisión Federal de Competencia Regulatoria (COFEMER) para que NO apruebe el mencionado proyecto de norma, para que tome en cuenta a las partes excluídas en la elaboración del proyecto, consulte a expertos académicos, y en todo caso, se proponga que cada destilado de Agave, además de indicar el género (Agave), indique la procedencia y la especie (angustifolia, rhodacantha, maximiliana, tequilana, etc) con la cuál está elaborada el producto.