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La nueva titular de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Gabriela Velásquez Rosas, ha afirmado que el desfalco en esta dependencia podría ascender a los 10 mil millones de pesos. Lo cierto es que el ex gobernador del estado, Gabino Cué Monteagudo, dejó un sistema de salud colapsado, de acuerdo a información del equipo de transición de la recién iniciada administración estatal.

Aunque no se ha precisado el número de obras hospitalarias en el sector salud que dejó inconclusas o estancadas, estima que son 175 de las cuales 75 están calificadas como obras prioritarias y que para concluirlas se requiere alrededor de 5 mil millones de pesos.

Según se explica, el Modelo Integrador de Atención a la Salud (MIDAS) es un documento que establece y rige el sistema constructivo de las unidades médicas, como el espacio y las características de cada uno de ellos con base al tipo de construcción, los materiales y las dimensiones; así como la clasificación de los centros de salud u hospitalarios.

En ese sentido, detalla que hay centros de salud de uno hasta 10 núcleos básicos (consultorios), a través de los cuales se establece el tipo y cantidad de recursos humanos y materiales de trabajo.

El primer nivel de atención es preventivo. Aquí se encuentran, por ejemplo, servicios de salud ampliados los que están en la colonia Estrella en la ciudad de Oaxaca, en el municipio de San Jacinto Amilpas y en Tlalixtlac de Cabrera. Se pretendía que estos sirvieran para descongestionar los hospitales y que no hubiera tantas referencias de mujeres embarazadas; tienen seis camas para hospitalización y un quirófano; son centros de salud que manejan rehabilitación y hospitalización.

Están también los hospitales básicos comunitarios, un prototipo de Oaxaca que para la Federación no existen: tienen 12 camas, quirófano y sala de expulsión; sin embargo, no son “productivos” y no ayudan con los problemas de congestionamiento en otros hospitales.

Entre otros, existen también los hospitales generales que tienen como mínimo 30 camas y que sí ayudan a resolver el problema de saturación que existe en algunas unidades hospitalarias, como en el Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”. Ejemplos de ellos son el de Huajuapan de León, con 30 camas; los de Pinotepa Nacional y San Juan Bautista Tuxtepec, con 60 camas y el mismo Hospital Civil con 180 camas.

Los hospitales inconclusos

Algunos de los hospitales inconclusos que dejó el ex mandatario estatal están en conflicto por la propiedad de la tierra, infraestructura abandonada, la inversión no se justifica y tampoco contribuyen a resolver las necesidades en materia de salud.

El hospital abandonado en Tlaxiaco, de 30 camas, está inconcluso porque no tiene siquiera certeza jurídica en la propiedad de la tierra; opinan que se convirtió en un botín político o su construcción obedeció a intereses con fines electorales. La razón es que en este municipio, que se encuentra en la región Mixteca, ya existe un hospital del IMSS-Oportunidades que está al 70 por ciento de ocupación y por lo tanto no se justifica la obra.

Además, la construcción no está resguardada por ninguna autoridad y mucho menos por el constructor. Se empezó a construir en el 2008 y 2009 a principio de la administración de Martín Vásquez Villanueva en los SSO.

Para concluirlo se requiere una inversión de 45 millones de pesos y resalta por el abandono en el que está, ya se robaron el cableado que equivale a 15 millones de pesos, falta el equipamiento, los recursos humanos y destrabar el problema legal con la propiedad de la tierra. Un dato más sobre este hospital, es que el primer constructor al que se le asignó la obra es Jorge Bueno, el cronista de la ciudad de Oaxaca.

El hospital comunitario de San Agustín Loxicha, localidad con alrededor de 30 mil habitantes, está situado a ocho kilómetros del centro de la población; está terminado, pero abandonado y se cayó una parte de la barda del hospital que se estima se requieren 14 millones de pesos; y hay errores en el diseño, porque nunca se construyó un área donde los médicos y enfermeras puedan comer y descansar.

Para llegar al hospital es un recorrido de alrededor de 40 minutos; tampoco tiene espacio para crecer y por eso tampoco se justifica; las aguas residuales se tiran a la barranca sobre la que está construido el hospital. Sin embargo, se considera como importante su funcionamiento porque esa población es considera como la cuna del Ejército Popular Revolucionario (EPR), para “bajar” el conflicto de la guerrilla en el estado.

Entre estos hospitales inconclusos, se encuentra el de Santiago Llano Grande población que se localiza en la Sierra Sur de Oaxaca y que tiene alrededor de 700 habitantes, incluyendo agencias y rancherías. Es por eso que su obra no se justifica, la norma establece que debe construirse una cama por cada 1 mil 700 habitantes.

El ex titular de los SSO, Germán Tenorio Vasconcelos, quien supuestamente fue inhabilitado para fungir como funcionario público por hechos de corrupción comprobados, prometió que este centro de salud sería un hospital de la mujer y el niño; después, que sería un hospital básico comunitario y finalmente quedó como un Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa).

Independientemente de esto, el centro de salud en Santiago Llano Grande está a un 25 por ciento de su construcción y está en medio de propiedades privadas.

Pero lo más grave es la estafa de los SSO a cargo de Germán Tenorio, es que mientras las autoridades municipales pagaron 500 mil pesos al dueño del terreno en el que se construye esta unidad médica, los funcionarios de la dependencia presentaron un documento en el que ellos supuestamente pagaron 14 millones de pesos por el terreno.

Es decir, falsearon una supuesta compra para robarse estos 14 millones de pesos; mientras que en el Cessa de Santiago Llano Grande apenas se han invertido alrededor de 20 millones de pesos en la construcción del edificio.

Uno de los más representativos, es el Hospital de la Mujer con 120 camas que se construye en el municipio de Reyes Mantecón. Originalmente serían oficinas de los SSO; se han invertido 390 millones de pesos y faltan 120 millones de pesos para terminarlos, 500 millones para equipamiento, sin contar los gastos de operación y los recursos humanos.

No conformes, las autoridades que estuvieron al frente de los SSO inflaron los costos de construcción de las unidades hospitalarias. El costo por cama en la Secretaría de Salud Federal debe ser de 3.5 millones de pesos; mientras que en el IMSS-Oportunidades es de 2 millones de pesos; sin embargo, en el gobierno de Gabino Cué, Germán Tenorio y Héctor González, el costo por cama fue de 10.5 millones de pesos.

La red de corrupción en los SSO

También se detectaron obras reportadas como terminadas pero que no están ejecutadas. En esta red de corrupción presuntamente figuran el ex titular de los SSO, Germán Tenorio; Víctor Hugo, que pese a estar inhabilitado, fue designado como Director de Infraestructura de esta dependencia; Miguel Ángel Colmenares Martínez, Felipe Casas, Armando Altamirano Jiménez, Rafael Aragón Kuri, Hugo Espinoza, Hugo Félix Mendoza, que fue director de Administración de la SSO, José Antonio Correa Arguello, y el ex Director de Planeación.

Asimismo, se detectaron empresas constituidas con representes legales y domicilios que son prestanombres de Jorge Castillo y Jorge Franco así como de Juan José Carrasco hermano de Diódoro Carrasco y Cuauhtémoc Guerra.

Finalmente, se encuentra Karla Ángeles quien supuestamente opera a través de asociaciones y fundaciones.