“Hay una ambivalencia en los usos que le damos al vocablo, ya sea de manera positiva o negativa, es impresionante la cantidad de composiciones que  origina la palabra madre”, refirió la investigadora María Leonor Orozco

En México, el término “madre” significa no sólo aquella persona que nos dio la vida, además, representa distintos tipos semánticos que son ofensivos o no, según el contexto.

“Hay una ambivalencia en los usos que le damos al vocablo, ya sea de manera positiva o negativa, es impresionante la cantidad de composiciones que  origina la palabra madre”, refirió María Leonor Orozco Vaca, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de la UNAM.

De acuerdo con la doctora en lingüística, una acepción es cada uno de los significados realizados, aceptados y reconocidos por su uso. En nuestro país, todos los usos del vocablo “madre” están aceptados y se identifican fácilmente, pues es uno de los elementos principales del lenguaje coloquial en México.

En ese contexto, “madre” y sus derivados pueden significar cantidad, importancia, calidad moral, estado físico, sabor, estado emocional, rabietas, para referir accidentes, desorden, entre otros.

México utiliza el vocablo como insulto, “mentar madres es muy usado, pero no somos los únicos, en España dicen ‘la madre que te parió’ también para insultar”, explicó Orozco Vaca.

Si alguien se golpea exclama “me di un madrazo” o “me partí la madre”, que están relacionados con accidentarse. Cuando alguien gana un salario bajo, “gana una madre”. Si tiene poco dinero, nada más “le queda una madre”, si es poquito una “minimadre” o una “madrecita”, y si es nada “no le queda ni madres”, pero si es mucho es un “putamadral”.

En la parte negativa hay construcciones como “no tener madre” para decir que no se tiene vergüenza. Si es un patán se dice que tiene “poca madre”, por el contrario, si es buena onda es “a toda madre”. También se utiliza la palabra “desmadre” para referirse a un desorden.

Por otro lado, para decir cosas positivas de un objeto decimos de “poca madre”, si algo vale poco decimos “vale madre” y de ahí se genera el “valemadrismo”. Si algo se arruinó se dice “valió madre”, para saber si alguien dice la verdad “te cae de madre”.

Leonor Orozco expresó que la palabra se usa como tratamiento genérico, pues en la calle alguien puede escuchar que le dicen “madre” solo por su edad. También expresa una situación de hartazgo “estoy hasta la madre”, o para decir que alguien maneja rápido se dice “va hecho la madre”.

Si alguien bebe demasiado alcohol  se dice que “está hasta la madre”, si algo huele mal se dice “huele a madres”, si su sabor no es agradable se dice “sabe a madres”, para expresar escepticismo “no te creo ni madres”, y al hacer una promesa “te lo juro por mi madre”.

Las composiciones con el término son variadas y usadas en una serie de fraseologismos de diversos contextos. “A mí la que más me gusta es ultimadamadremente, que intensifica la palabra y se utiliza para cerrar una discusión”, acotó la investigadora universitaria.

Para conocer más sobre las acepciones lingüísticas del vocablo “madre” consulta el Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), y el Diccionario del Español de México del Colegio de México (Colmex).