Beyoncé propone un renacimiento de la música disco
La diva del pop, considerada como una de las figuras femeninas de mayor influencia en toda la industria, publica ‘Act I: Renaissance’, un álbum denso y ambicioso en el cual fusiona sonidos actuales con melodías clásicas de las décadas doradas de la música de baile.
A pesar de ser una de las artistas más comercialmente exitosas de todo el planeta, no es raro que Beyoncé Knowles-Carter sorprenda a sus fans con lanzamientos sin previo aviso. Así ocurrió con la edición de su quinto largo de estudio, BEYONCÉ, publicado de manera totalmente inesperada un día de mediados de diciembre de 2013, con el acompañamiento de un llamado álbum audiovisual. Por eso, los anticipos en forma de single pegadizo, lujosas editoriales de moda y anuncio en redes sociales de la fecha concreta de salida de su último esfuerzo han llegado a conformar, según cierto sector de la crítica que alaba su valentía de asumir algunos riesgos nada habituales a estos niveles, como el esfuerzo promocional más “convencional” de la cantante.
El susto mayúsculo para su equipo, una tan compleja como eficiente maquinaria de producción, llegó a tres días de la publicación. Tras lo que parecen haber sido unasventas por error de varias copias en cedé por Europa antes de tiempo, Act I: Renaissance (Parkwood Entertainment/Columbia Records/Sony Music España) aparecía en los foros y además en el formato de mayor calidad sonora posible, el audio sin pérdida o FLAC, algo que ya le ocurrió con 4 en 2011. El disco se ha editado en múltiples formatos y en todas las plataformas simultáneamente, una estrategia diferente a la que intentó con su anterior álbum, Lemonade, en 2016, el cual tardó tres años en aparecer como disponible en Spotify tras su estreno en TIDAL, el servicio de música online del que es propietario, junto a Jack Dorsey entre otros, su marido, el rapero y empresario Jay-Z.
El nombre real de Jay-Z, Shawn Carter, aparece varias veces entre los créditos de Act I: Renaissance. A Beyoncé se la conoce por ser bastante responsable de sus temas, a nivel compositivo y sonoro, como bien demuestra el concierto para Coachella documentado para Netflix en HOMECOMING), pero siempre se ha rodeado de los mejores productores, desde leyendas del nivel de Timbaland, The Neptunes o Swizz Beats a una promesa desconocida como BOOTS, a quien mantuvo prácticamente en secreto hasta la edición de BEYONCÉ.
En este caso la artista parece haber buscado la mejor combinación para cada tema, e igual que firma a nombres habituales en el hiphop y el R&B como The-Dream, Mike Dean, Raphael Saadiq, los citados Neptunes o Drake, también acredita a productores menos conocidos, artistas de vanguardia como 070 Shake, a todo un referente de la electrónica gamberra como Skrillex e incluso a iconos como Giorgio Moroder, el ‘padrino’ del sintetizador, Nile Rodgers, guitarrista y fundador de Chic, y hasta James Brown.
Fuente: eldiario.es