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México no cederá a las presiones de sus socios para incluir compromisos vinculantes en materia de política laboral dentro del Tratado.
Equipo negociador mexicano mantendrá una posición constructiva y no aceptará un acuerdo que no profundice un mayor comercio regional.

Las próximas rondas de negociación para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), serán cada vez más complicadas, porque los temas en los que hay discrepancias comenzarán a discutirse y se prevé un escenario complejo para lograr acuerdos, señala un estudio realizado por el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del Senado de la República.

Los equipos negociadores todavía no han entrado de lleno en la discusión de los temas más contenciosos, como lo es la propuesta estadounidense de anular el Capítulo 19 sobre resolución de disputas o su interés por incluir provisiones para mitigar el déficit comercial; al tiempo que se han difundido versiones de diferencias importantes, específicamente entre Estados Unidos y Canadá, con relación a la industria aeroespacial, refiere el análisis.

El documento titulado “Concluye en Ottawa la tercera ronda de negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, señala que los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá anunciaron acuerdos respecto a pequeñas y medianas empresas, aunque en las próximas rondas de negociación comenzarán a tratarse los temas donde hay discrepancias y, por tanto, la negociación será cada vez más complicada.

El tema laboral, considerado el más complicado, pues desde la ronda en la Ciudad de México, a principios de septiembre, quedó claro que la posición de México era no ceder a las presiones de sus socios en el sentido de incluir compromisos vinculantes en materia de política laboral dentro del texto del Tratado, se destaca.

Se hace énfasis de que Estados Unidos tiene la intención de promover la elaboración de una lista de productos agrícolas que recibirían protecciones ante la competencia de importaciones de los otros países del TLCAN. Ello, de entrada, se trata de una propuesta contraria al objetivo compartido por México y Canadá de que el nuevo acuerdo regional garantice un comercio más libre.

Estados Unidos quiere implementar estas medidas proteccionistas para productos estacionales cuya producción depende de los ciclos de cosecha. La intención de la elaboración de esta lista sería establecer cuotas de importación o aranceles que estarían vigentes únicamente durante el periodo de cosecha en ese país, a fin de garantizar la demanda y un buen precio de los productos estadounidenses, se detalla en el análisis del Centro Gilberto Bosques.

Un último tema potencialmente contencioso, es el relacionado con las reglas de origen, específicamente para el sector automotriz, bandera de la integración productiva bajo el TLCAN y donde se sitúa parte importante del déficit comercial estadounidense en su relación con México.

Se explica que aunque ha habido mesas de trabajo sobre reglas de origen en las tres rondas de negociación que se han celebrado, lo cierto es que Estados Unidos – el principal interesado en modificarlas y volverlas más estrictas – no ha presentado una propuesta de texto específica en la materia.

Pese a que existen desafíos que enfrentar en las próximas rondas, el equipo negociador mexicano mantendrá una posición constructiva y no aceptará un acuerdo que no profundice las oportunidades para un mayor comercio regional.