ALEJANDRO MURAT HINOJOSA, GOBERNADOR DE OAXACA: Señor presidente Andrés Manuel López Obrador, hermano gobernador Cuitláhuac García, coordinador del proyecto interoceánico Rafa Marín.

Hace más de un siglo un oaxaqueño tuvo la capacidad y la visión de ver una gran oportunidad entre dos pueblos en estas tierras, era una visión de prosperidad, de bienestar y de desarrollo, ese oaxaqueño se llamaba Porfirio Díaz.

Pero es importante señalar que a más de un siglo esa visión estaba incompleta, porque aun cuando este oaxaqueño realizó obras innovadoras de gran desarrollo dejó de considerar una parte fundamental del México que se le reconoce como el México profundo, un México que más tarde encabezaría una nueva transformación.

Y en el centro de ese México se encontraban los que nos definen como mexicanos nuestros pueblos originarios. No se entendió en aquella época, como se entiende hoy, que nuestros pueblos originarios no son medio, sino fin, que nuestro México profundo no es objeto y especialmente, los pueblos originarios, sino que son sujetos.

Por eso, es fundamental entender que la gran diferencia de este proyecto que hoy encabeza el presidente va de abajo hacia arriba y parte del consenso con los pueblos originarios, con los más desprotegidos y que solamente así podrá tener éxito y se hará de manera permanente.

Por eso, estoy convencido que este esfuerzo que hoy encabeza el presidente de la República con el gobierno de Oaxaca y de Veracruz, los gobiernos municipales, sin duda, será recordado como la llave que le abrió la oportunidad a la prosperidad y al bienestar al sureste de México y que constituye el pago inicial a una de las más grandes deudas que tiene la federación con estas partes del país.

Por eso hoy es momento de concordia, queremos un México que cierre filas con nosotros, con nuestro pasado, con nuestro presente, pero especialmente con nuestro porvenir.

Hoy debemos de enfocarnos en las coincidencias, más allá de lo que nos hace distintos, debemos de ser corresponsables y solidarios, reconocer lo difícil y tortuosa que ha sido nuestra historia, y recordar que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla.

Hoy debemos de ser mexicanos, hermanos todos, pero especialmente debemos de ser patriotas, sacar lo mejor de nosotros para dar resultados y entender que en la vida pública hay dos grandes momentos, aquel en donde se construye gobierno y aquel en donde se ejerce gobierno y se da resultados, el primero se da con las elecciones en el arranque y en su conclusión; el segundo se da todos los días, ajeno a colores, filias, fobias o ideologías.

Por eso hoy cerramos filas con usted, señor presidente, para que de una vez por todas la gente que nos eligió sepa que estamos ocupados en el gobierno, más allá de los futurismos de otro tipo.

Ya habrá tiempo para esos futurismos, pero hoy es tiempo de solidaridad fuera de mezquindades y de trabajo incondicional desde Quintana Roo hasta las Baja Californias.

México se construye desde sus pueblos, sus comunidades, sus municipios y sus regiones, y hoy la patria se reconstruye desde el sureste.

Por eso hacemos la petición solidaria a todos aquellos que forman parte de la federación a que sumemos esfuerzos, no por el sur, sino por México, para que esta gran región pueda aportar a ese gran desarrollo todo el gran potencial que sabemos, como se supo hace 100 años, antes del Canal de Panamá.

Y como hoy otra vez tenemos la gran oportunidad, a raíz de esta lamentable pandemia en donde las cadenas productivas se han roto y el mundo vuelve a ver en las regiones los grandes desarrollos logísticos.

Ahí está la gran oportunidad, pero una vez más pensando en los que menos tienen con una inversión de más de tres mil millones en este proyecto interoceánico.

Que quede claro, este proyecto simboliza un viejo anhelo que hoy es convertido en realidad y que lleva sobre sus vagones y sus vías la esperanza renovada de un México más justo, más unido y más solidario.

Que se entienda bien que es por México, como lo decía mi hermano gobernador, que es por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos.

Muchas gracias.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de Medias Aguas, de este municipio de Sayula de Alemán, del estado de Veracruz, trabajadores ferrocarrileros, habitantes de esta región del Istmo de Tehuantepec.

Me da mucho gusto estar aquí en compañía de Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, y de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz; también que nos acompañe el presidente municipal de Sayula, Fredy Ayala González.

Estamos aquí para constatar el inicio de esta obra de rehabilitación del Tren del Istmo de Tehuantepec.

Como aquí se ha dicho, este es un proyecto histórico que empezó a concebirse desde el siglo XIX. Era tan importante esta ruta para unir el Pacífico con el Atlántico por esta parte del territorio, la más angosta de nuestro país, que fue motivo de un acuerdo en la época de la Reforma, un acuerdo muy polémico, porque se le iba a permitir al gobierno de Estados Unidos el tránsito libre por esta franja de nuestro territorio, el Tratado McLane-Ocampo.

Afortunadamente ese tratado lo rechazó -y es de las paradojas de la historia- el propio Senado estadounidense y no se pudo concretar, realizar.

Posteriormente, el gobierno de Porfirio Díaz retomó el proyecto y se llevó a la práctica, no quedó inconcluso. En ese gobierno se construyeron los dos puertos, el de Salina Cruz y el de Coatzacoalcos, antes Puerto México, durante el gobierno de Porfirio Díaz.

La empresa Pearson construyó los dos puertos, esa misma empresa que era como el contratista predilecto de Porfirio Díaz, un inglés, Pearson, también fue el construyó el puerto de Veracruz.

Y esa misma empresa construyó las vías férreas para comunicar a Salina Cruz con Coatzacoalcos, por eso esta estación de Medias Aguas lleva ese año, recuerda ese año, 1910. Tengamos en cuenta que Porfirio Díaz tuvo que irse al exilio en 1911, un año después.

¿Por qué no prosperó esta ruta?

Ya aquí se dijo, se construyó el Canal de Panamá y también se inició la Revolución, pero hubo un factor que, considero, influyó para que la ruta no se usara y se desplegara más desarrollo en el istmo: en ese entonces los países de Asia, China en particular, no eran lo que son ahora.

Ahora China es, a pesar de la pandemia, de la crisis económica mundial, sigue siendo la fábrica del mundo, y lo mismo los países asiáticos, y ya ahora hay más, mucho más transporte de mercancías por el Pacífico.

Por eso pensamos que este proyecto va a tener éxito. El mejorar los dos puertos, ampliarlos, el Puerto de Salina Cruz, el Puerto de Coatzacoalcos, modernizar esta vía, el establecer centros para el desarrollo industrial, parques industriales en los 300 kilómetros, 10 parques industriales, 10 polígonos de 500, de mil hectáreas, para que se instalen fábricas, industrias.

Y que en esos polígonos se den estímulos fiscales a las empresas, algo parecido a lo que estamos haciendo en la zona fronteriza con Estados Unidos, en los tres mil 180 kilómetros de zona fronteriza, de la línea, 20 kilómetros hacia nuestro territorio es una zona franca, y se cobra la mitad del Impuesto Sobre la Renta y la mitad del IVA y, lo mismo, se obtienen de manera más barata los energéticos, es decir, se paga menos por las gasolinas, por el diésel, por la luz.

Eso es lo que queremos aquí en el corredor, en estos polígonos, dar facilidades para que se establezcan empresas y se generen empleos, porque lo que estamos concibiendo es poner aquí, en el istmo y en el sureste, cortinas para detener a la gente, que no se vea en la necesidad de abandonar sus comunidades para ir al norte a buscar trabajo, que haya empleo en el istmo, que el que quiera irse a buscar trabajo a otras partes lo haga por gusto, no por necesidad.

Ese es el sueño que queremos convertir en realidad, que haya trabajo en el istmo y en todas las comunidades y pueblos del sur y del sureste de México, por eso es esta inversión.

En su etapa constructiva, como aquí se dijo, se van a generar siete mil empleos, esto va a ayudar, sobre todo ahora que se está padeciendo por la pandemia que está afectando la economía popular, esto va a ayudar a que haya trabajo aquí en estos tramos que ya se licitaron.

Es una inversión, como se ha dicho, de más de tres mil millones de pesos para iniciar, en total estamos contemplando invertir en este proyecto alrededor de 20 mil millones de pesos.

No va a quedar esta obra inconclusa, porque a pesar de la crisis económica, como hay un manejo honrado del presupuesto, el dinero rinde, alcanza.

Ya no es el tiempo de la corrupción, de que las obras se iniciaban, no se terminaban o se cobraban dos, tres veces más de lo que en realidad costaban por la corrupción que imperaba.

Por eso vamos a tener el presupuesto suficiente, necesario para terminar esta obra, tenemos que terminar todo el proyecto del istmo a más tardar en 2023 y pensar también en consolidarlo y en dejarlo bien amarrado, para que no con el cambio de gobierno se eche para atrás todo lo alcanzado, porque va a haber siempre la tentación de que regrese la corrupción, de que regrese el neoliberalismo, que regrese la privatización.

Fue un milagro que estos corruptos, saqueadores, no hayan concesionado esta vía, esta ruta.

Fíjense en qué concepto tenían al sureste, se quedaron con las líneas de ferrocarril del centro y del norte, porque las consideraban más rentables, acá pensaban que no era negocio, porque acá nada más había pobreza.

Por eso no les interesó ni siquiera privatizar estas líneas, no lo consideraban como un negocio, todo lo demás lo entregaron.

Por eso tenemos que cuidar que al cambio de gobierno no se vaya a privatizar este proyecto, tenemos que pensar en cómo lo dejamos bien consolidado en lo administrativo, que las concesiones queden en firme para prohibir la privatización.

Tenemos que buscar una forma adecuada de empresa pública en donde participe el gobierno federal, pero también los gobiernos de los estados, dejarles a las autoridades estatales también acciones de esta empresa pública, que cuiden las autoridades locales para que no se privaticen estos bienes, que sean de la federación y que sean de los estados.

Hay que pensar en eso porque tenemos que evitar que regrese la corrupción, que nunca más vuelva el saqueo que nos dejó en una situación lamentable como país.

Ayer decía yo, estando en el complejo de Cangrejera, que estábamos levantando a México con lo que no se habían llevado, con lo que no les dio tiempo de llevarse, porque todo lo privatizaron. Afortunadamente, no les alcanzó el tiempo, sonó la campana, la alarma, el pueblo dijo en el 2018: ‘basta’, y por eso estamos inaugurando esta nueva etapa.

Me da mucho gusto por eso estar aquí, en Medias Aguas, por aquí pasé todavía en los años 70 cuando tomé el tren varias veces de la Ciudad de México para ir a donde vivían mis padres, a Palenque, este era el medio de transporte durante muchos años para toda esta región, el tren de pasajeros.

Los neoliberales acabaron con los trenes de pasajeros que empezaron a transportar al pueblo desde el gobierno del presidente Juárez, desde el gobierno del presidente veracruzano Sebastián Lerdo de Tejada, cuando se hizo la primera vía férrea de México a Veracruz, y se inauguró en 1873.

Desde entonces trenes de pasajeros, hasta que llegan estos irresponsables, corruptos, neoliberales y en un abrir y cerrar de ojos acaban con los trenes de pasajeros y lo que dejaron fue trenes de carga y todos en manos de particulares.

Ahora de nuevo vuelve el tren de pasajeros al istmo y a todo el sureste, vengo de dar los banderazos para la construcción del Tren Maya. Es una nueva etapa.

Terminamos hoy una gira de ocho días por los estados del sureste, ya voy de regreso a la Ciudad de México.

A pesar de la pandemia decidimos hacer esta gira cuidándonos con la sana distancia, decidimos hacer esta gira porque tenemos que salir adelante, no nos vamos a quedar todo el tiempo inmovilizados. Cuidarnos, esos sí, hacer caso a las recomendaciones, pero ir poco a poco avanzando hacia la nueva normalidad para reactivar nuestra economía, que haya trabajo.

Muchos opinan que deberíamos de estar todos en nuestras casas, sí, hay que cuidarnos, pero también hay que tomar en cuenta que muchos viven al día y que tenemos que salir adelante cuidándonos, poco a poco, e ir ensayando.

Si vemos que hay rebrote de la pandemia, marcha atrás, a confinarnos a las casas. Si no hay, vamos avanzando poco a poco, haciéndole caso a los especialistas, a los médicos, a los científicos, porque desde el principio dijimos que los políticos no éramos todólogos, sabelotodo.

Las decisiones no las está tomando el presidente por su conocimiento sobre esta materia que requiere de especialidad o por intuición, las decisiones las estamos tomando a partir de las recomendaciones de los médicos, de los científicos, de los que saben, y les vamos a seguir haciendo caso para ir avanzando poco a poco.

Yo tengo confianza de que vamos a salir adelante, sobre todo por la fortaleza cultural de nuestros pueblos, porque la cultura siempre nos ha salvado ante cualquier calamidad, en inundaciones, en temblores, en hambrunas, enfrentando malos gobiernos con corrupción, con tiranía, siempre el pueblo de México ha salido adelante, y ahora va a ser lo mismo.

Vamos a seguir domando esta pandemia y vamos a llevar a cabo la transformación del país, no lo olvidemos, lo más importante de todo es transformar a México.

¿Y por qué es lo más importante la transformación?

Porque es lo que va a evitar que no haya la peste, porque eso es mucho más que una pandemia, la peste de la corrupción, que es lo que más daña a México, es lo que postró a México, lo que llevó a la pobreza a millones de mexicanos.

Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes, eso es lo que ha dado al traste con todo, esa es la causa principal de la desigualdad social, de la desigualdad económica.

Por la corrupción es que hay pobreza, y por la corrupción hay desigualdad, y por la corrupción se desató la inseguridad y la violencia.

Por eso, el mejor remedio es la transformación, cero corrupción, cero impunidad. Se va a acabar la corrupción, me canso ganso.

Muchas gracias, amigas y amigos.