PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de Villa Ahumada, Chihuahua:

Me da mucho gusto estar de nuevo en este municipio, estar una vez más en Chihuahua en este histórico estado de la República. Ya sabemos lo que ha aportado Chihuahua al desarrollo económico, social y sobre todo en la lucha por la justicia, la libertad y la democracia.

No debemos olvidar que, en Chihuahua, en esta frontera, se refugió por dos años el presidente Benito Juárez cuando la invasión francesa. Él no se rindió, decidió iniciar una marcha hacia el norte y mantuvo en alto la dignidad de nuestro pueblo, llegó a Chihuahua, estuvo en la capital del estado y también en Ciudad Juárez, que antes se llamaba Paso del Norte; ahí estableció la sede del gobierno de la República, ahí despachaba con sus ministros.

Lo mismo sucedió cuando la Revolución mexicana. La batalla decisiva para terminar con la dictadura porfirista se llevó a cabo en Ciudad Juárez, ahí Orozco, Villa, apoyaron a Francisco I. Madero y se derrotó en esa batalla al ejército porfirista.

A partir de ese triunfo, de esa victoria, se firmaron ya los acuerdos para que iniciara una etapa nueva en la vida pública de nuestro país. Se pactó la renuncia de Porfirio Díaz, quien tuvo que abandonar el país meses después, se pactó que se iba a constituir un gobierno interino para convocar a elecciones, todo esto es Ciudad Juárez.

Por eso, venir a Chihuahua es recrear nuestra historia y nutrirnos de esas lecciones, de esos ejemplos excepcionales, extraordinarios. No tenemos los mexicanos que ir a buscar al extranjero experiencias de cómo luchar por la libertad, la justicia, la democracia, la soberanía.

Nos han dejado un legado, una herencia extraordinaria, enorme, los padres de nuestra patria Hidalgo, Morelos, el gran presidente, el mejor que habido en la historia de nuestro país, Benito Juárez, Francisco I. Madero, el presidente más demócrata de México en toda la historia y dirigentes sociales excepcionales, extraordinarios como los hermanos Flores Magón, como Francisco Villa, como Emiliano Zapata, como el general Felipe Ángeles, como el general Francisco J. Múgica, como el general Lázaro Cárdenas del Río y muchos más que nos han dejado lecciones en todos los campos, en todas las materias.

Por eso tenemos que seguir adelante en nuestro propósito de transformar al país, no olvidar de dónde venimos para siempre saber hacia dónde vamos, no olvidar que después del movimiento de Independencia se llevó a cabo el movimiento de Reforma y luego la Revolución de 1910, tres transformaciones y ahora estamos llevando a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país, recogiendo todas esas enseñanzas y buscando enfrentar los grandes y graves problemas de la actualidad.

El gobernador de Chihuahua, Javier Corral, lo resumió muy bien, son tres grandes y graves problemas nacionales:

El primero, que es el más dañino, que es la peste, es la corrupción. Tenemos que acabar con la corrupción, desterrar la corrupción en el país, porque es lo que más ha afectado a México. Nada ha dañado más a nuestro país que la deshonestidad de los gobernantes y la ambición de una minoría rapaz que se ha llegado a sentir dueña de México.

El segundo problema, derivado del primero, es la desigualdad, porque la corrupción es la causa principal de la desigualdad económica y social de nuestro país.

Y la corrupción y la desigualdad nos han llevado a la violencia, porque ni modo que lo que se enfrenta de inseguridad y de violencia haya surgido de la nada o sólo porque los seres humanos, los mexicanos, somos malos por naturaleza. No, no olvidar que somos producto de nuestras circunstancias. Si llegamos a estos niveles de inseguridad y de violencia fue porque imperaba la corrupción y porque se abandonó al pueblo, se le dio la espalda a los mexicanos y los gobernantes se dedicaron a hacer negocios, a robar, por eso se abandonó a los jóvenes, se abandonó a la gente.

Es cosa de pensar sólo en el heroísmo de nuestros paisanos migrantes que, al no encontrar oportunidades en su país, tomaron la decisión de irse a buscar la vida del otro lado de la frontera.

Imagínense si en el periodo neoliberal, de mayor crisis económica y mayor crisis de bienestar social, cuando estaba en su apogeo la robadera, cuando se estaban entregando los bienes de la nación, los bienes del pueblo a particulares nacionales y extranjeros, si la gente no hubiese tomado esa decisión de salir a buscarse la vida, a trabajar honradamente del otro lado de la frontera, pues hubiese habido un estallido social en nuestro país. Si de por sí hay una situación de crisis económica, de crisis de bienestar, si ellos no hubiesen salido -estamos hablando de millones que salieron a buscarse a buscarse la vida a Estados Unidos-, pues se hubiese complicado mucho la situación en nuestro país, porque no había crecimiento formal en la economía, no había oportunidades.

Muchos pueblos de Chihuahua y del país, muchos municipios en los últimos 30 años, en vez de tener más población, tienen menos, quedaron vacíos porque la gente se mudó a las grandes ciudades, a la frontera o a Estados Unidos.

Y ahora nuestros paisanos que salieron en esas circunstancias, como si fuese poco lo que sufrieron, ahora están enviando a sus familiares apoyos, recursos, dinero y nos están ayudando. Son héroes vivientes.

El año pasado mandaron 40 mil 600 millones de dólares y siguen aumentando las remesas, y este año van a llegar, de acuerdo a nuestros pronósticos, a nuestra estimación, a cerca de 48 mil millones de dólares.

Esas remesas son la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país y eso llega abajo, a 10 millones de familias. Si hacemos la cuenta, esos 40 mil 600 millones de dólares el año pasado a 10 millones de familias, son como siete mil 500 pesos mensuales por familia.

Ahora tenemos que cambiar ya esta situación de injusticias. El mexicano tiene que tener oportunidades de progreso, tiene que tener oportunidades de trabajo en donde nació, donde están sus familiares, donde están sus costumbres, donde están sus culturas y por eso es esta transformación.

Y estamos enfrentando esos males, lo que más daña, lo que más atormenta a nuestra nación, estamos combatiendo sin reservas la corrupción, cero corrupción, dando el ejemplo, porque la corrupción no se da de abajo hacia arriba, la corrupción se da de arriba hacia abajo y así hay que enfrentarla, hay que barrer de arriba para abajo, como se limpian las escaleras, y eso es lo que estamos haciendo.

Nada como se llegó a decir, que la corrupción era parte de la cultura del pueblo de México. Falso, esa es una gran ofensa. Nuestro pueblo es honesto, la mayor riqueza de México es la honestidad de su pueblo y se está demostrando ahora.

Nos está pegando la pandemia, muy fuerte el año pasado, y todos los gobiernos optaron por endeudarse y aquí los mandamás también me sugerían que yo solicitara créditos para seguir endeudando al país y enfrentar la crisis, porque había quedado la mala costumbre de la crisis de 1994, 95.

¿Cómo enfrentaron esa crisis en ese entonces?

Rescatando a los de arriba, a los grandes banqueros, a las grandes empresas y convirtieron las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública, y desde que aprobaron ese famoso Fobaproa se está pagando esa deuda.

Primero, aceptó el gobierno pagar un billón de pesos, esto en 1998, y desde entonces a la fecha, más de 20 años, sólo de intereses se ha pagado otro billón y todavía se debe un billón, se rescató a los de arriba a costa del sufrimiento del pueblo.

Ahora no, ahora se decidió rescatar a los de abajo. Así como llegan los remesas a los pueblos, a la gente más humilde, a la gente más pobre, a las familias que más lo necesitan, así también nosotros estamos apoyando con los Programas de Bienestar, con las pensiones a los adultos mayores, a las niñas, niños con discapacidad, becas para estudiantes de familias pobres, contratando a los jóvenes para que trabajen como aprendices, formándolos, capacitándolos para que no se los lleven los de las bandas, para que no los enganchen; que los jóvenes tengan opciones, alternativas, garantizado el derecho al estudio, el derecho al trabajo y muchas otras acciones de apoyo, aumentar el salario mínimo, como no se hacía en 30 años, sólo aquí en la frontera el salario mínimo aumentó al doble.

Fíjense cuánto deterioro hay en nuestro salario que, aun con el aumento al salario mínimo en el país en términos reales del 50 por ciento, cuando llegamos al gobierno el salario mínimo alcanzaba para comprar seis kilos de tortilla y ahora, a pesar del aumento, sólo alcanza para comprar dos kilos más, ocho kilos.

Y es una vergüenza decirlo y la verdad es muy triste, el que el salario mínimo en Honduras, en El Salvador, en Guatemala, en Centroamérica, sea mayor, sea más que el salario mínimo en México.

Todo esto es lo que se está atendiendo para que no haya tanta desigualdad, para que no haya tanta pobreza en nuestro país.

Y estas dos acciones, el combate a la corrupción y a la impunidad, y el atender a la gente más pobre para que no haya desigualdad en México es lo que nos va a permitir también garantizar la paz y la tranquilidad.

Porque no se puede resolver el problema de la inseguridad y de la violencia sólo con medidas coercitivas por más profesionalismo y disciplina y buenas instituciones de seguridad, como se tienen esta nueva institución la Guardia Nacional y las dos instituciones, que son pilares, que sostienen al Estado nacional: la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina.

Con todo el esfuerzo que estamos haciendo de trabajar juntos de manera coordinada, todos los días con perseverancia no permitiendo la corrupción, marcando con mucha claridad la línea divisoria entre autoridad y delincuencia, que haya frontera, porque cuando ya no existe esa línea divisoria ya no hay nada que hacer. Se necesita que no se mezcle la delincuencia con la autoridad.

Bueno, a pesar de todo, lo más importante es el bienestar del pueblo. No es poca cosa el trabajar de manera coordinada como lo hacemos. Antes, la Secretaría de la Defensa tenía su plan; la Secretaría de Marina, lo mismo. Bueno, ni siquiera podía legalmente intervenir en asuntos de seguridad pública, no lo permitía la Constitución y se contaba, y se cuenta, con 375 mil soldados, oficiales, en una institución como la Secretaría de la Defensa, con profesionalismo, con disciplina, con lealtad, y lo mismo la Secretaría de Marina, 70 mil elementos profesionales, rectos, leales, pero no se podían utilizar para labores de seguridad.

Es hasta que se lleva a cabo la reforma a la Constitución y ahora ya se cuenta con la Guardia Nacional, que es fruto de la participación de la Secretaría de la Defensa, de la Secretaría de Marina.

Es una aportación de esas dos grandes instituciones, una rama de las Fuerzas Armadas de México, la Guardia Nacional, que lleva apenas un poco más de dos años y que está dando muy buenos resultados, porque ya la gente lo percibe, ya la Guardia Nacional tiene una aceptación del 75 por ciento en poco tiempo y cada vez va a crecer su prestigio, su fama como corporación que defiende al pueblo, que protege al pueblo.

Vamos a seguir consolidando la Guardia Nacional, van a mejorar los salarios, las prestaciones y desde luego se van a tener instalaciones como esta.

En todo el país ya hay 182 cuarteles, decía que en poco tiempo, y vamos a tener cerca de 500 cuarteles, instalaciones para la Guardia Nacional a finales del gobierno.

Si ahora son 100 mil elementos, van a ser 145 mil elementos de la Guardia Nacional.

Y va a estar hacia adelante adscrita, va a depender de la Secretaría de la Defensa Nacional. Ya he autorizado un aumento en el presupuesto para la Guardia Nacional, en estos tres años se va aumentar el presupuesto en 50 mil millones de pesos para que cuando termine nuestro gobierno quede esta institución completamente consolidada para proteger a los mexicanos, para enfrentar el flagelo de la violencia.

Pero, insisto, esto es importante, pero lo fundamental es el bienestar del pueblo, no dejar de atender a los jóvenes, no dejar de atender al pueblo, que haya trabajo, que mejoren los salarios, que se rescate al campo del abandono, que haya justicia social en nuestro país y así vamos a construir, a conseguir la paz, que es básica, fundamental.

Estoy consciente que podemos avanzar mucho en el terreno económico, en lo político en el que cada vez haya más democracia en el terreno social, que haya un Estado de bienestar, que el mexicano tenga seguridad, protección desde que nace hasta que muere, desde la cuna hasta la tumba, y vamos hacia allá, pero si no resolvemos el problema de la inseguridad y de la violencia no vamos a ser reconocidos, recordados como buenos gobernantes.

Por eso es este desafío que acepto, el de garantizar la paz y la tranquilidad en Chihuahua y en nuestro país.

Les agradezco mucho a todos los integrantes de la Guardia Nacional, a todos los soldados de México, marinos de México, a los oficiales de la Secretaría de Marina, de la Secretaría de la Defensa, al general Bucio, comandante de la Guardia Nacional; a la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, primera mujer en ocupar este cargo de secretaria de seguridad, y estoy muy satisfecho con su trabajo, porque ella coordina a todo el Gabinete de Seguridad.

Vamos a estar hoy, mañana y pasado, en Chihuahua. Si Juárez estuvo como dos años en Chihuahua, cómo no voy a estar yo tres días. No es mucho y lo merece Chihuahua y lo merece Juárez.

¡Que viva Chihuahua y que viva México!

Muchas gracias