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* Crean en Tlacochahuaya el Honorable Cuerpo de Topiles, que mantiene ocho retenes en diferentes puntos de la población para combatir la delincuencia.

José Luis Sarmiento Gutiérrez
Fotos: Pablo Gómez

Se han suscitado en las últimas semanas una serie de ilícitos, desde robos hasta homicidios. Las familias viven intranquilas, porque en este pueblo lo hacían con paz y calma. Pero han incursionado en diversas ocasiones sujetos desconocidos, de esos que aquí no se veían. La Policía Municipal se ve rebasada, la estatal aparece de forma esporádica. Es la hora en que el pueblo se organiza, en que asume el tema de seguridad y justicia en sus manos. Ha nacido en San Jerónimo Tlacochahuaya, Oaxaca, el Honorable Cuerpo de Topiles, integrado por los hombres de esta comunidad, quienes, a diferencia de las conocidas auto-defensas, muestran el rostro y dan la cara por instrucción de la comunidad, que aprobó la medida en una asamblea comunitaria.

Es la noche tranquila de este domingo 25 de Octubre del 2015. En el municipio de Tlacochahuaya, afamado por su hermoso templo y ex convento, ya se mueven entre las sombras los hombres que se dirigen hacia ocho puntos estratégicos de la comunidad, todos los accesos y los principales caminos de terracería, donde instalan retenes de seguridad.
Ellos van armados con lo que tienen, visiblemente garrotes de una madera tan dura como la roca, que serán empleados cuando sea necesario. No se muestran agresivos, pero si expectantes de la presencia de un periodista y un fotógrafo, al que se le pide no tomar rostros, sino hacer placas desde la distancia.
Nadie entra y nadie sale de Tlacochahuaya sin ser revisado, aunque sean pobladores del lugar o personas de demarcaciones aledañas que cruzan por este pueblo Zapoteca. Son revisiones exhaustivas, para evitar que delincuentes sigan penetrando para hacer de las suyas.
“Nos vimos en la necesidad de formar este cuerpo de topiles, como se hacía ancestralmente en la comunidad, por la inseguridad que ha prevalecido últimamente, donde se han vuelto recurrentes los asaltos a mano armada y no queremos que esto se vaya a poner peor”, relata a este medio uno de los integrantes del Ejército Popular.
Con uniformes y gorras que los identifica, pero sin capuchas, pasamontañas ni cubre-rostros, afirma convencido que “aquí vamos a implantar la seguridad y el orden, ya que nuestras autoridades municipales manifiestan que han recurrido a diversas instancias del estado, donde no han sido escuchadas sus voces”.
Este comandante de brigada cuyo nombre se reserva para evitar posibles represalias, explica que se han presentado casos como el de un trabajador dedicado a hacer cobros que fue asaltado a mano armada y con violencia en pleno centro, así como una madre de familia, entro muchos otros.
Tuvimos que unirnos y levantar nuestras voces, advierte, “nos hemos visto en la necesidad de poner nuestro orden porque las instancias encargadas no lo hacen”.

— ¿Hasta dónde van a llegar para poner orden? Se han visto casos de linchamiento en otros estados, como Puebla…
“Las cosa aquí que con el movimiento ya hecho, no se va a poder controlar, entonces esperamos que eso no suceda. Queremos que el gobierno nos escuche y que mande la seguridad necesaria no sólo a Tlacochahuaya, sino a todas las comunidades de la región. No es posible que el crimen organizado se vaya extendiendo, por eso nuestra comunidad va a tomar las medidas necesarias”.

— ¿Cuántas personas, cuantos retenes tienen para blindar este pueblo?
“Todos los hombres tenemos el mandato de nuestra asamblea de participar en el Cuerpo de Topiles, por el propio bien de nuestras familias”.

— ¿Cuáles van a ser sus funciones?
“Vamos a revisar todos los vehículos que entren o salgan de Tlacochahuaya, donde puede venir gente armada, sobretodo cuando tenemos festejos patronales aquí y en comunidades vecinas, que es cuando transitan personas desconocidas”.

— Vemos armas tradicionales, como estos garrotes… ¿Cuándo van a sacar las de fuego o qué tipo de armas van a emplear para defender a su pueblo?
“Por el momento estamos disponiendo de estas herramientas, después no sabemos qué pueda pasar. Si la autoridad no hace caso vamos a ver de qué forma nos armamos, porque el crimen organizado no viene con garrotes ni toletes”.

Los guardias comunitarios dicen estar dispuestos a retirar las medidas que implementaron, cuando vean una respuesta concreta del gobierno, porque ya están cansados de promesas huecas y mentiras.
En tanto, las y los pasajeros de todos los vehículos que transitan por Tlacochahuaya parecen acceder, con cierto nerviosismo, a las revisiones. Será el pueblo el que decida el destino de los delincuentes que sean sorprendidos, por el momento, no hay un reglamento de castigo ni sanciones, únicamente el traslado a la cárcel municipal.
Mientras se está llevando el sistema acusatorio adversarial a los distintos estados del país, en este municipio de cerritos y mogotes ya se preparan los juicios orales. Con la voz y el poder de la comunidad.

sarmientogutierrez@yahoo.com.mx @sarmientodebate