Los demonios andan sueltos
Por POR RAMÓN ALBERTO GARZA
México está a la deriva. Y a cinco días de las elecciones para renovar gobernadores en seis estados, los demonios andan sueltos.
El escenario político no podía ser más descarado. Un gobierno de la Cuarta Transformación y su presidente, Andrés Manuel López Obrador, defendiendo al crimen organizado, que es acusado de financiar y de estar listos para operar otra “narco elección”. Como lo hicieron en los comicios de junio del 2021, cuando Morena se adueñó del Corredor de Pacífico.
Las amenazas y los golpes bajos están a la orden del día. Y conforme se acerque el próximo domingo, en el que se votará, la violencia arreciará y la amenaza de disputas partidistas podrían acabar en drama.
Es demasiado lo que está en juego. Se trata de la penúltima antesala, antes de la elección presidencial del 2024. Sólo faltarán por disputarse, en el 2023, los estados priistas de Estado de México y Coahuila.
Por eso, frente a sorpresas como las de perder en 2021 la mitad de la Ciudad de México, la consigna hoy es no solo exhibir a los partidos opositores a Morena, sino contrapuntearlos dentro de sí mismos y entre ellos para exhibir a la llamada Alianza Opositora.
La última de ayer tuvo su epicentro en Alejandro “Alito” Moreno, quien acusó y fue acusado.
El presidente nacional del PRI, quien ya se destapó como precandidato tricolor para la presidencial del 2024, salió a exhibir un audio de una conversación con Manuel Velasco, senador del Partido Verde Ecologista.
En la conversación, que ocurrió antes de la votación de la Reforma Eléctrica -frenada por la Alianza Opositora-, el ex gobernador de Chiapas le advierte al jerarca priista que el “número dos” -en referencia a Adán Augusto López, Secretario de Gobernación- le mandó un mensaje que fue calificado como amenazante por Alejandro Moreno.
“MV: Me dijo yo aquí tengo jefe y pues ya mi jefe que su jefe dijo: si jalan, jalamos y lo que quieran adelante y si no, pues a como nos toque.
Alito: Yo lo sé, así hay que hacer las cosas y te agradezco mucho güero, tú eres nuestro hermano, pero así no se puede, y al final del día pueden meterme a mí o a uno a la cárcel, no pueden meter a 50 y nosotros no entendemos así, yo siempre se los dije, están verdaderamente destruyendo al país y sin acuerdos y sin diálogos nunca, así que a mí no me van a doblar hermano”.
La respuesta a la filtración del audio no se dejó esperar. Manuel Velasco dijo en su Twitter que la difusión unilateral, sin su consentimiento, de esa grabación fue una violación a su confianza por parte de Alejandro Moreno.
Y la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, exhibió por la noche audios en los que se presume manejo de dineros al margen de la Ley en la compra-venta de inmuebles propiedad de Alito y de su mamá.
En los círculos de inteligencia, se presumía anoche, que esos audios fueron grabados por Renato Sales Heredia, en acuerdo con el priista Miguel Ángel Osorio Chong, quien encabezaría una revuelta tricolor para expulsar a Alito de la presidencia del PRI.
Sales Heredia, quien fue en el anterior sexenio priista el Consejero Nacional de Seguridad, es acusado de haber sustraído del gobierno federal un equipo de espionaje israelí llamado Raphael, para ponerlo al servicio del gobierno morenista de Campeche, del que hoy es su fiscal.
Después de la difusión de los audios, Alito, Sansores y Sales quedaron atrapados en un intercambio de denuncias y acusaciones de espionaje y de lavado de dinero ante la Fiscalía General de la República.
Los escándalos de los audios del presidente del PRI, el líder del Partido Verde y la gobernadora de Morena, dejan en claro el proceso de descalificaciones, buscando incidir en el voto del próximo domingo.
Lo mismo que sucedió en Nuevo León, en donde el gobernador Samuel García acabó de consumar la compra de dos diputados locales y media docena de alcaldes para vestirlos con la camiseta naranja de Movimiento Ciudadano.
La acción de Samuel García dinamitó políticamente cualquier alianza con el PRI, el PAN y el PRD, quienes en su momento -juntos- frenaron la Reforma Eléctrica lopezobradorista.
Y mientras el PRI se consume en una guerra intestina y Movimiento Ciudadano compra y soborna a adversarios, en el PAN buscan afanosamente detener cualquier victoria de Morena en el panista estado de Tamaulipas.
Américo Villarreal fue el delegado de su partido en Sinaloa, donde el priista Quirino Ordaz perdió la gubernatura frente al candidato morenista. Semanas después de su “derrota”, Ordaz fue premiado por el presidente López Obrador con la embajada de México en España y el delegado de Morena con la candidatura a Tamaulipas.
Para coronar un día de sacudimientos, la senadora panista, Lilly Téllez, denunció desde la tribuna legislativa la “narco política” impulsada por el presidente López Obrador y por Morena.