Por: Rubén Martín

LA CRISIS POR DESAPARICIÓN EN MÉXICO SUPERA CON CRECES LAS DESAPARICIONES QUE PRODUJERON TODAS LAS GUERRAS CIVILES Y DICTADURAS QUE AZOLARON AMÉRICA LATINA DESDE LA MITAD DEL SIGLO XX A LA FECHA…

La conmemoración del octavo aniversario de las trágica noche de Iguala cuando un operativo represivo estatal-criminal llevó a cabo la desaparición masiva de 43 estudiantes normalistas fue un acontecimiento político de la mayor importancia porque, de golpe, despertó la conciencia de millones de mexicanos de la barbarie que se estaba imponiendo a la sociedad en México: en este país cualquiera puede ser víctima de desaparición forzada.

Las masivas movilizaciones de solidaridad con las madres y padres de los normalistas de Ayotzinapa y con los estudiantes rurales de todo el país, abrieron una veta de esperanza de que los 43 desaparecidos fueran encontrados pronto con vida. Lamentablemente no fue así, y lamentablemente la crisis por desapariciones no terminó, sino que se multiplicó.

En 2012, al final del sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa, uno de los principales responsables de la violencia organizada que azota a este país, se divulgó en medios de Estados Unidos una base de datos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) que daba cuenta de que había cerca de 25 mil denuncias por desaparición en todo México.

DURANTE SU SEXENIO, CALDERÓN NO ENCARÓ NI RECONOCIÓ LA GRAVE CRISIS POR DESAPARICIONES QUE DESATÓ SU ESTÚPIDA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEL SUPUESTO COMBATE AL CRIMEN ORGANIZADO.

Claramente, el aumento de la violencia organizada, de la guerra informal que aflige desde entonces a la mayoría de la sociedad se incrementó sustancialmente por las decisiones de política de seguridad que tomó el gobierno de Calderón.

Pero el contexto general de guerra informal, con sus aristas terribles de asesinatos, masacres, desapariciones y enterramientos clandestinos en fosas siguieron en aumento en el gobierno del priista Enrique Peña Nieto y continúan ahora en el gobierno de la autollamada Curta Transformación que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Ocho años después de la terrible desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa esta arista de la guerra informal no sólo no se ha contenido y combatido, sino que se ha incrementado sustancialmente. Para septiembre de 2014, cuando ocurrió la desaparición masiva de los normalistas, oficialmente se reportaban menos de 30 mil desaparecidos. A finales de septiembre de este año el nuevo Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (Rnpdno) contabilizaba 105,797 denuncias por desaparición de personas. La cifra de ausentes en el país es mayor a la que reporta el registro oficial, lo confirman todos los colectivos de familiares que buscan a los suyos. Se podría multiplicar por cuatro, de acuerdo a su experiencia de quienes presentan denuncia y quienes no.

Es una cifra extremadamente alta. Sólo para tratar de poner en contexto lo que implica tener 105 mil desaparecidos, la dictadura argentina que comenzó con el golpe militar en 1976, dejó 30 mil desaparecidos, la guerra civil que azotó Colombia en 60 años arrojó 80 mil desaparecidos, en tanto el golpe militar en Chile de 1973 produjo tres mil desaparecidos. En Guatemala se calcula una cifra de 40 desaparecidos en la guerra civil que atravesó ese país en la década de 1980.

La crisis por desaparición en México supera con creces las desapariciones que produjeron todas las guerras civiles y dictaduras que azolaron América Latina desde la mitad del siglo XX a la fecha.

Y lamentablemente Jalisco es el epicentro de las desapariciones que ocurren en estos tiempos oscuros en México. Hasta finales de septiembre Jalisco reportó 15,032 desapariciones al registro nacional, lo que representa 17.1 por ciento de todos los casos que ocurren en el país.  Para dimensionar esta cifra en comparación con el contexto latinoamericano, en la pasada década Jalisco tiene cinco veces más desaparecidos que los que provocó la dictadura chilena y la mitad que dejó la dictadura argentina.

La crisis por desapariciones ocurren en todo el país, pero no con la misma intensidad. Más de la mitad de los casos de desaparecidos que hay en México suceden en Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz, Nuevo León y Sinaloa.  Doce entidades del país reportan menos de mil desaparecidos ante el registro nacional.

La revisión geográfica de las cifras revela que algo grave ocurre en Jalisco en el contexto de la guerra informal que vive el país, que merece ser analizado en detalle, para explicarlo y enfrentarlo. Las cifras del registro nacional revelan que por sí sólo Jalisco tiene más desaparecidos que 17 entidades del país.Con los 15,032 desaparecidos que reporta ante el registro nacional, nuestra entidad supera las cifras que reportan estos estados: Morelos, Baja California, Nayarit, Colima, Chiapas, Hidalgo, Durango, San Luis Potosí, Baja California Sur, Quintana Roo, Querétaro, Oaxaca, Aguascalientes , Yucatán, Tabasco, Tlaxcala y Campeche que entre todos suman 14,096 reportes por desaparecidos

Por esto afirmo que Jalisco es el centro de las desapariciones en México. La gravedad de lo que ocurre en esta entidad se revela más dramática al revisar que solamente el municipio de Guadalajara tiene más desaparecidos que 18 estados del país. La capital de Jalisco tiene 2,714 personas desaparecidas,mientras Puebla registra 2,365 ante la plataforma federal.

Detrás de cada dato, cada número y cada cifra hay una historia que no debemos olvidar. Pero las cifras nos ayudan al análisis y contexto que necesitamos hacer para saber donde estamos parados. Y para preguntarnos e indagar. ¿Por qué colonias o fraccionamientos de la zona metropolitana de Guadalajara tienen más desaparecidos que estados como Campeche que reportan 115 casos, Tlaxcala con 143 y Tabasco con 233?

El desglose de las cifras de desaparecidos nos muestran que la guerra informal que vivimos en México es desigual y combinada en el territorio nacional y que debemos profundizar el análisis para entender sus dinámicas regionales. Estos mismos datos nos confirman que ahora Jalisco es el epicentro de las desapariciones en México.

@rmatinmar