Por: Paola Garate

En nuestro país, el discurso para brindar el informe de gobierno legalmente ya no es necesario desde 2008, por lo que actualmente solo se entrega por escrito y hacerlo mediante un mensaje presidencial es meramente para alimentar el ego del presidente. En nuestro Estado, constitucionalmente, desde el 1 de enero de este año la forma de entregar el informe es distinto, ahora se hará en dos etapas, primero mediante reuniones previas con comisiones de Congreso del Estado, en forma de “avanzada” y después, mediante el documento por escrito.

Un reto importante para Rubén Rocha Moya será cuadrar el informe con el Plan Estatal de Desarrollo, punto específico que también se estableció en la Reforma del artículo 40 de la Constitución Política del Estado de Sinaloa.

Pareciera que con esto es suficiente para poner nervioso al gobernador de nuestro Estado, pero a esto es necesario sumar que los sinaloenses no permitiremos mentiras y para ver un informe “bonito” sería necesario copiar y pegar del plan presentado al inicio de su gobierno y seguramente esto lo harán con letras, pero con palabras lo que se espera es reclamo y culpas a otros como es costumbre en la 4T.

Si bien, es difícil analizar el discurso de campaña del ahora gobernador para compararlo con el Plan Estatal de Desarrollo, es casi imposible cuadrarlo con los resultados que se tienen hasta hoy, por el simple hecho de que, como lo hacen los gobiernos morenistas, no cuadran los dichos con los hechos.

¿Cuántas veces les dijo Rocha Moya a los médicos que los basificaría en sus puestos de trabajo para darles estabilidad laboral? Ahora, con el fracaso del Insabi, los gobiernos estatales tienen que apechugar y esperar las indicaciones de su jefe, quien ahora pretende también agrupar a los trabajadores de la Secretaría de Salud con su programa de IMSS Bienestar y aunque se dieron unas bases laborales, ahora el futuro de estos trabajadores de la salud es incierto, como el de todos aquellos médicos, enfermeras, radiólogos y demás empleados de hospitales que fueron despedidos por manifestarse o por no “alinearse” con los guindas.

En su campaña, el gobernador habló de beneficio para la inversión extranjera, en el Plan Estatal de Desarrollo lo apuntó en el apartado de Desarrollo Económico y en este primer año de gobierno vemos que, al menos en el primer semestre de 2022, Sinaloa recibió 524 millones de dólares, equivalente al 1.9 por ciento del total nacional, pero todavía la entidad ocupa la posición catorce a nivel nacional.

Innecesario hablar del campo, donde Sinaloa queda a merced de lo que diga Andrés Manuel López Obrador y nuestro gobernador solo escucha y obedece, mientras los agricultores se enfrentan a la difícil situación de comprar los insumos más caros de la historia sin tener precios de garantía y sin que Segalmex los tome en cuenta para los programas que, según los gobiernos de la 4T, serían para que nadie se quede atrás, ni nadie se quede fuera.

Innecesario también hablar de la pesca, donde el producto del mar se va sin que los pescadores tengan oportunidad de salir a la mar por inseguridad, falta de apoyos y la urgente necesidad de buscar un mejor empleo.

Innecesario hablar de obras públicas con las carreteras destrozadas, innecesario hablar de salud con medicamentos caducados, de educación con aulas que simulan ser un horno para niños y niñas de nuestro Sinaloa, innecesario hablar de Ciencia y Tecnología cuando desde la federación desapareció el recurso para ello del presupuesto, de seguridad cuando somos un estado feminicida, de hacienda pública cuando la austeridad es solo de discurso y el nepotismo se observa en cada dependencia, de transparencia cuando la 4T siempre tiene “otros datos”, turismo, medio ambiente, deporte, bienestar. Simplemente este 31 de octubre, cuando Rubén Rocha Moya cumpla un año como gobernador es innecesario dar un informe de gobierno, porque no hay nada que informar.

@PaolaGarateV