Por: Francisco Cervantes Díaz *

A principios de esta semana, quienes encabezamos responsabilidades empresariales por parte de México, Estados Unidos y Canadá, nos reunimos en Washington para celebrar la Cumbre de Líderes Empresariales de América del Norte, North American Business Summit.

El propósito fundamental fue continuar explorando las mejores rutas para incrementar la competitividad de América del Norte, aprovechando el nuevo fenómeno pospandemia de la relocalización de empresas, conocido como nearshoring.

Hoy, el fenómeno de la relocalización es la mejor respuesta para ahorrar en la producción y en el comercio los costos derivados de distancias que pudiese haber en las cadenas de valor y suministro desde el origen de la proveeduría hasta el destino final de los productos.

Con el mercado más competitivo del mundo en nuestra frontera, México es el destino óptimo para consolidar una política exponencial del nearshoring como motor de inversión, crecimiento y desarrollo en todo el país. Este fenómeno goza además de la ventaja de contar ya con un instrumento común poderoso como lo es el T-MEC.

El fenómeno de la relocalización comienza a dar frutos muy importantes en México. Tan sólo el año pasado vivimos un crecimiento en inversiones de 25% y una ocupación de parques industriales en el norte del país con vacancia menor al 1 por ciento. Frente a ello, las oportunidades de expansión de este fenómeno a favor de nuestro desarrollo apenas están arrancando.

El intercambio comercial de 3 millones de dólares por minuto en América del Norte pone en perspectiva el potencial competitivo de la región. Además, tenemos como bloque la capacidad de generar un volumen de 50% del PIB mayor al de la República Popular de China y 55% al de la Unión Europea.

Por otra parte, la relocalización hace evidente la cercanía de los Estados Unidos desde México, con 55 puntos de entrada para insumos y mercancías, y a unas cuantas horas de distancia por todas las vías.

Con estos datos, es evidente que la apuesta del desarrollo empresarial y en general de México está en el óptimo aprovechamiento de la relocalización, para convertir a América del Norte en la región más competitiva del orbe en los próximos 50 años.

La agenda de trabajo apenas comienza. Además de la temática vinculada con el desarrollo de cadenas de valor con pymes y grandes plantas de producción, será pertinente también orientar nuestro trabajo para encontrar caminos de mejora de factores que fortalecerán en el futuro este momento del nearshoring.

En ese sentido, habrá que definir áreas de oportunidad en materia industrial; de mejoramiento de infraestructura; de ampliación de zonas de relocalización para incorporar al sur de México; contar con energía suficiente, limpia y competitiva; y diseñar esquemas regulatorios óptimos que estimulen la inversión y abonen a favor del desarrollo comunitario.

En este 2023, desde el sector empresarial seguiremos sumando voluntades para lograr lo mejor en inversión, comercio y competitividad para América del Norte y, por lo tanto, para México.

* Presidente del Consejo Coordinador Empresarial

@fcervantes5