Los fideicomisos de Alfaro
Por: Pedro Kumamoto
Los fideicomisos públicos estuvieron en el debate público a nivel nacional cuando, en 2018, el presidente optó por liquidarlos, argumentando que son, en su mayoría, un instrumento corrupto. Dado que este debate se quedó en la esfera nacional, la transparencia de los fideicomisos a nivel local no fue cuestionada. Sin embargo, creemos que la discusión sobre la utilidad y rendición de cuentas de estos instrumentos financieros debería de llegar también a los gobiernos locales. Esto porque hemos detectado irregularidades en algunos de los fideicomisos a cargo del gobierno de Enrique Alfaro en Jalisco.
Este es el caso del llamado Fondo Verde, cuyo supuesto objetivo es el de financiar proyectos para mejorar el medio ambiente. Este fideicomiso se nutre con los recursos del programa de verificación vehicular que implementó el gobierno del estado, el cual tiene un costo de 500 pesos (aunque en algunas entidades del país es gratuito). Con este programa se supervisa que los automóviles no contaminen por encima de lo que permiten las normas oficiales. Así, según el discurso oficial, se pretenden financiar obras que protejan el medio ambiente con los recursos de quienes usan vehículos particulares.
En realidad, lo que tenemos es que los automovilistas están financiando el negocio de unos cuantos, sin beneficios para el medio ambiente. Según los estados de cuenta bancarios del fideicomiso, tan solo entre enero de 2022 y junio de 2023 se le han depositado más de 320 millones de pesos, de los cuales dos tercios han ido a parar a manos de los proveedores del servicio de verificación vehicular. No sólo se quedan con una proporción que nos parece excesiva: también han recibido dinero fuera de lo que establecen los contratos. En Futuro, descubrimos que estas empresas han recibido 60 millones de pesos por encima de lo acordado: dinero que en lugar de ir a mejorar la calidad del aire o prevenir los incendios forestales en el estado fue a los bolsillos de unos cuantos. Sobre esto, ingresamos una denuncia ante la fiscalía anticorrupción del estado.
Más aún. Los recursos que se han quedado dentro del Fondo Verde se han usado para financiar proyectos que son simulación: apenas un parque ecológico y la reparación de algunos de los puntos de la red del sistema de monitoreo de la calidad del aire en el estado. Esto a pesar de que las necesidades del estado en materia ambiental son enormes. La Comisión Nacional Forestal ha señalado en 2023 a Jalisco como la entidad con el mayor número de hectáreas incendiadas, problema al que no se le dedicó un sólo peso proveniente del Fondo Verde. Al final del día, el dinero de los automovilistas no se ejerce en el medio ambiente, como prometió en un inicio el gobierno de Alfaro.
Al revisar la información de otros fideicomisos nos hemos dado cuenta de que hay una situación similar, en la que el destino de los recursos públicos no está del todo claro. Por ejemplo, el fideicomiso de promoción turística, el cual se llena con los recursos del Impuesto sobre el Hospedaje que se paga en Jalisco, cuyo uso no es transparente. En un supuesto similar está el fideicomiso para la atención de desastres naturales, que a pesar de contar con más de 70 millones de pesos se ha distinguido por su lentitud a la hora de entregar recursos. O bien, el Fondo para la Infraestructura Educativa del estado de Jalisco, que cuenta con más de 170 millones de pesos, pero sobre el cual no hay información pública. Parece que los fideicomisos darán de qué hablar durante el resto de la administración de Alfaro.
Aunque el manejo opaco y arbitrario que se le ha dado a los fideicomisos públicos ha sido una constante de esta administración en Jalisco, el mal uso de los recursos podría ocurrir en cualquier entidad. Para corregir estos errores no basta con reportar la información más superficial de los fideicomisos. Eso es hacer lo mínimo. Lo que necesitamos en todo México es una auténtica rendición de cuentas, periódica y con un lenguaje accesible a todas y todos. Un país más justo inicia con una mayor transparencia, y claro, usando esos recursos para romper con las desigualdades y vicios por los que nacieron.
@pkumamoto