Por: Guillermo Arias Morales

Uno de los puntos más controvertidos es la presencia de referencias al ideario de la llamada Cuarta Transformación. Se ha señalado que los libros de texto presentan una visión sesgada y parcializada de la historia y la política de México, promoviendo una narrativa que exalta los logros y a figuras clave de este movimiento político. Esta situación ha llevado a preguntarse si este material está cumpliendo con su objetivo fundamental de brindar una educación objetiva y libre de influencias partidistas.

Se ha generado debate en torno a la promoción de ciertos funcionarios en los contenidos educativos. Marx Arriaga, director de materiales educativos de la SEP, Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica y Claudia Sheinbaum, ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México y aspirante a la candidatura presidencial por MORENA, han sido mencionados en los libros de texto, lo que ha generado interrogantes y polémica que ha despertado inquietudes sobre la manipulación de la educación con fines políticos y la falta de pluralidad en los materiales educativos. La educación debe ser un espacio para fomentar el pensamiento crítico y la diversidad de ideas, y no un vehículo para promover una agenda política específica.

Además, de que los libros de la SEP tienen errores entre los que se incluye el de plagio, hay baja calidad en los contenidos científicos, deficiencias de diseño. Pero más allá de estos yerros e irregularidades, el tema central que debe preocuparnos es ¿qué se piensa hacer con la educación pública en México? Si bien es cierto que se han logrado avances en términos de acceso a la educación, con un incremento en las tasas de matriculación y escolaridad, la calidad de la enseñanza sigue siendo preocupante. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra rezagado en comparación con otros países en cuanto a los resultados de las pruebas estandarizadas de matemáticas, ciencias y lectura: México ocupa el lugar 102 en educación entre 137 países según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) y si la evaluación es sobre la calidad en la educación en ciencias y matemáticas, el país baja hasta la posición 117.

La eliminación en educación primaria, de libros de texto en disciplinas clave como Español, Matemáticas, Ciencias Naturales, Geografía, Historia Universal y de México, y Biología plantea interrogantes sobre la estrategia educativa de la SEP. En lugar de fortalecer estas áreas fundamentales, se han reducido las opciones de aprendizaje. Además, la utilización de solo dos libros de referencia —titulados ‘Nuestros saberes’ y ‘Múltiples Lenguajes’— y cápsulas educativas (para educación secundaria) sin seguir una secuencia adecuada, no se ajusta a los planes de estudio vigentes.

El rezago educativo en lectura y matemáticas, agravado por la pandemia de COVID-19, es una realidad en México. Sin embargo, con los nuevos libros de texto, el problema se agravará aún más, generando un impacto devastador e irreparable que ampliará la brecha de desigualdad entre aquellos que pueden acceder a escuelas privadas y aquellos que dependen de la educación pública. El discurso del presidente sobre la atención a los pobres contrasta con la falta de una educación fortalecida y de calidad para ellos.

La deficiencia en la calidad educativa tiene sus raíces en una serie de factores interrelacionados. Uno de ellos es la falta de inversión en educación. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, el gasto público destinado al sector educativo en México sigue siendo insuficiente. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el gasto en educación en el país representa solo alrededor del 5% del Producto Interno Bruto (PIB), muy por debajo del promedio de la OCDE, que es del 6.5%.

El actual gobierno solo ha destinado en promedio 1.8 de cada 10 pesos a la implementación curricular, libros y materiales educativos, acciones de equidad e inclusión y tecnologías de la información. En los hechos el gasto público en educación ha caído. En 2022 el gasto federal en educación cayó 3.7%, la segunda caída anual consecutiva y su menor nivel en más de una década, según estadísticas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Este 2023, el gasto funcional en educación reporta una caída de 2.6% anual y en este contexto, las personas con menos ingresos se han quedado atrás.

Además, es necesario mencionar la brecha educativa que existe entre las zonas rurales y urbanas del país. Las comunidades rurales, en su mayoría indígenas, a menudo carecen de recursos básicos como infraestructura adecuada, materiales didácticos y docentes capacitados. Esto perpetúa la desigualdad y limita las oportunidades educativas para estos grupos vulnerables.

Otro aspecto crucial a considerar es la formación y capacitación docente. Los maestros desempeñan un papel fundamental en el proceso educativo, sin embargo, muchos carecen de una formación adecuada y actualizada.

El presidente López Obrador sepultó la reforma educativa del sexenio de Enrique Peña Nieto, terminando con las evaluaciones al magisterio, eliminando así, los exámenes de diagnóstico para acceder a una plaza y mantenerse en ella, entregando el control de éstas a los sindicatos, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

¿Ya comprendemos por qué el SNTE apoya los libros de texto del presidente? El Gobierno Federal se ha hecho cargo de las nóminas de todos los maestros, cada año se les ha incrementado el salario, por encima del Índice de Precios al Consumo y ya no están sometidos a las evaluaciones implantadas en el sexenio anterior. El SNTE y la CNTE son aliados del presidente, al viejo estilo corporativo priísta.

Es fundamental comprender que el modelo de la ‘Nueva Escuela Mexicana’ impulsado por el Gobierno Federal no ha logrado una verdadera transformación en los actores, procesos y resultados educativos. Estos rezagos en la educación no solo representan un obstáculo para el desarrollo individual de los estudiantes, sino también para el desarrollo económico y social del país en su conjunto. En un mundo cada vez más competitivo y tecnológico, México no puede permitirse quedarse rezagado en materia educativa.

Más allá de los contenidos en sí, existe un reclamo legítimo y un cuestionamiento fundamentado en el proceso de emisión de los libros de texto gratuito por parte del Gobierno Federal. La falta de consulta y la omisión de evaluaciones por expertos antes de su impresión son violaciones claras a los procedimientos establecidos en la Ley General de Educación.

La ausencia de consulta ciudadana impide que los diferentes actores educativos y expertos en la materia tengan la oportunidad de aportar sus conocimientos y perspectivas al contenido de los libros de texto. Esto socava el principio de participación y democracia en la toma de decisiones educativas, dejando lugar a dudas sobre la objetividad y pertinencia de los materiales.

Además, la reserva de información por parte de la SEP durante cinco años genera preocupación en cuanto a la transparencia y rendición de cuentas. La falta de acceso a la información sobre las asambleas y los procesos de elaboración de los libros de texto limita la posibilidad de evaluar su calidad y verificar si se cumplieron los estándares académicos requeridos.

Hay amparos admitidos por la justicia federal que otorgan la suspensión definitiva contra la entrega de los nuevos libros de texto gratuito de la SEP y aunque las autoridades educativas impugnaron esta resolución y todavía no se ha dictado sentencia definitiva, el Gobierno Federal tendría que suspender la distribución de los libros de texto gratuitos del ciclo 2023-2024.

Es fundamental que el Gobierno Federal rectifique y se ajuste a los procedimientos establecidos en la legislación, para garantizar la transparencia, la participación ciudadana y la calidad de los libros de texto gratuitos.

La educación es un tema demasiado importante para ser tratado con opacidad y falta de rigurosidad. Es imprescindible que se corrijan estas irregularidades para garantizar una educación de calidad, objetiva y participativa en beneficio de los estudiantes, solo así lograremos un México con oportunidades equitativas para todos.

@memo_arias_