Por: Estrella Rolas L

Nuestra Constitución establece que la Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, así como en los pueblos y comunidades afromexicanas.
Por décadas los pueblos indígenas y afromexicanos fueron marginados y sus derechos anulados.

Si bien hemos avanzado, existen aún muchas deudas de México para con ellos, por ejemplo, en la preservación de sus lenguas, a la par de su inclusión en la sociedad moderna.

Hoy día se hablan 68 grupos de lenguas indígenas y 364 variantes lingüísticas, de las cuales, más de 100 están en riesgo de desaparición.

Perder alguna de estas lenguas sería un golpe a nuestro patrimonio cultural, y al de la humanidad, por lo que es necesario tomar las medidas necesarias para evitarlo.

Pero el tema actual más relevante, podría ser que, en 2001, se estipuló en la Constitución, la obligación de las autoridades, de los tres órdenes de gobierno, de consultar a los pueblos indígenas en la elaboración de los planes de desarrollo y, en su caso, de incorporar las recomendaciones y propuestas que realicen.

Para ello, el Congreso federal debe emitir una nueva Ley que lo regule. La construcción de esta nueva Ley ha sido compleja, con muchas resistencias, problemáticas y desencuentros, al grado, que, a 22 años, no hemos logrado aprobarla.

Actualmente, se encuentra un Proyecto, enviado por la Cámara de Diputados y pendiente en Senado, el cual no ha logrado el consenso y el apoyo del Gobierno para lograr su aprobación.

Y, claro, además de los pendientes legislativos, se encuentran los desafíos en su aplicación, en lograr que las leyes se cristalicen en el ejercicio pleno de los derechos de toda persona indígena o afromexicana.

Recientemente me nombraron presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, en sustitución de la senadora Xóchitl Gálvez, quien obtuvo licencia al cargo y quien, tenía claro, que en el Senado se tiene la firme convicción de que esta Comisión sea la casa de las personas, pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas y que, ese objetivo solamente podrá lograrse con la participación y el reconocimiento de dichos pueblos, de la sociedad civil, de la academia y de todas las personas que estén interesadas en la materia.

En congruencia y siguiendo el importante legado de Xóchitl, asumo el compromiso de trabajar por los derechos de nuestros pueblos indígenas y afromexicanos, de ser una puerta abierta para todos y cada uno de ellos, así como para cualquier persona que busque su bienestar y la protección de sus derechos, lenguas, tradiciones y valores ancestrales se cristalicen en el ejercicio pleno de los derechos de toda persona indígena o afromexicana.
@EstrellaRojasL