Por: Estrella Rojas

La Ley Electoral establece que el INE organizará dos debates obligatorios entre todos los candidatos a la Presidencia de la República, no solo como un ejercicio democrático, sino también como una oportunidad invaluable para que el electorado examine de cerca las propuestas y cualidades de quienes aspiran al cargo más alto del país. Estos debates no solo son plataformas para exponer ideas, sino también para cuestionar las políticas pasadas y presentes, así como para revelar tanto las fortalezas como las debilidades de los candidatos y los partidos que representan.

Recientemente presenciamos el primer debate entre nuestras candidatas a la presidencia: Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México, y Claudia Sheinbaum, de la coalición Sigamos Haciendo Historia, junto con Jorge Álvarez, candidato de MC. Este evento marcó un hito significativo, siendo el primer debate en el que dos mujeres compiten directamente por la presidencia.
El tema inicial sobre el sistema de salud destacó el fracaso evidente del Insabi y del IMSS Bienestar, que ha dejado a más de 50 millones de personas sin acceso adecuado a la atención médica.

La discusión posterior abordó la desaparición de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, temas que destacan la importancia de la educación y el bienestar de la infancia para el desarrollo del país.
El debate estuvo marcado por la confrontación entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, con la primera denunciando la corrupción, la ineficiencia y la negligencia asociadas con la actual Administración, mientras que la segunda defendía su gestión y prometía continuidad en los proyectos en curso. Sin embargo, más allá de los enfrentamientos políticos, surgieron propuestas divergentes que reflejan dos visiones contrastantes para el futuro de México.

Xóchitl Gálvez presentó propuestas como la reestructuración del sistema de salud y la implementación de una tarjeta para acceder a servicios médicos tanto públicos como privados. Además, abogó por políticas que buscan fortalecer la transparencia y la justicia, así como el apoyo a los pueblos indígenas y afrodescendientes.

En contraste, Claudia Sheinbaum ofreció una visión de continuidad en las políticas actuales, defendiendo los logros de su Gobierno y prometiendo mantener el rumbo.

Con la perspectiva de elegir a la primera mujer presidenta, y posiblemente de origen indígena, México se enfrenta a una decisión trascendental que definirá el rumbo del país hacia un futuro de prosperidad, justicia y unidad.
@EstrellaRojasL