Por: Maria Elena Orantes Lopez

En etapas iniciales, la trata de personas se relata a través de historias de manipulación y coerción aisladas, pero terminan por convertirse en piezas de crisis globales. De acuerdo con la UNODC, la trata envuelve a todas las regiones, registrándose víctimas de al menos 127 nacionalidades en 137 países.

La trata con fines de explotación sexual, laboral, tráfico de órganos, entre otros, genera daños irreversibles en individuos, familias y representa una deuda de la comunidad internacional con la humanidad.
Dado que las víctimas son, principalmente, mujeres, niñas, niños, adolescentes y personas migrantes, se requieren respuestas especializadas y conjuntas, dirigidas a la atención de realidades locales y sin perder de vista tendencias globales.

Los cambios de las dinámicas de la movilidad humana, las adaptaciones demostradas por redes criminales ante nuevos contextos, los riesgos climáticos, ciclos económicos, son algunos elementos facilitadores de este delito, aun cuando algunos de ellos tienen un origen lejano.

La infiltración de redes criminales en actividades lícitas es un riesgo que se adhiere a una agenda que engloba asociaciones entre grupos delictivos en un clima internacional fragmentado por desequilibrios sistémicos y retos específicos de cada área.

La mayor parte de los casos de trata pertenece a un orden nacional, sin embargo, la mayoría de las víctimas de trata en el hemisferio americano tienen orígenes extra regionales. Esta tendencia incrementa a partir del aumento y diversificación de los flujos migratorios, siendo las poblaciones migrantes grupos particularmente vulnerables.https://d-1116513412260902890.ampproject.net/2406131415000/frame.html

Usualmente, las víctimas no buscan ayuda debido a barreras lingüísticas, desconfianza a las autoridades o no identificarse como víctimas. Por ello, la labor consular para generar confianza a través del desarrollo de estrategias de proximidad con las comunidades resulta fundamental.

Fomentar canales de comunicación entre comunidades y autoridades e impulsar la cohesión dentro del tejido social comunitario son tareas vitales en la esfera de la prevención. 

El Día Mundial contra la Trata de Personas es una oportunidad para concientizar sobre la magnitud del impacto de este delito y reflexionar sobre acciones pendientes desde un ángulo internacional. 

Desde los consulados se implementan estrategias que consideren la protección a víctimas, la prevención del delito y la atención a víctimas. Houston, al igual que otros puntos geográficos, es un engranaje complejo en esta ecuación, derivado de características demográficas, logísticas y migratorias, por lo que la coordinación con autoridades y organizaciones resulta vertebral. 

El enfoque de las Representaciones de México en el Exterior aborda las realidades, pero se dirige a construir capacidades conjuntas de largo plazo. 

CÓNSUL GENERAL DE MÉXICO EN HOUSTON Y PRESIDENTA INTERNACIONAL DE 50+1  

Fuentes:

@NENAORANTES

heraldodemexico.com.mx