Por: Carlos de Icaza

En un par de semanas se reunirán líderes mundiales  en la sede de la ONU, para participar en la Cumbre del Futuro, con el objetivo “de forjar un nuevo consenso internacional a fin de mejorar el presente y salvaguardar el futuro”. Esta trascendente reunión, tendrá lugar en el marco de una compleja realidad geopolítica global  de confrontaciones y  desconfianza en la capacidad de los organismos multilaterales para superar los obstáculos que se anteponen para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).

La Cumbre del Futuro: “Soluciones multilaterales para un mañana mejor» fue propuesta por el Secretario General de la ONU, António Guterres en septiembre de 2021. Tras largas negociaciones, en las que los Estados miembros han realizado propuestas y múltiples discusiones sobre cómo responder mejor a los desafíos actuales y futuros,  se han logrado algunos avances sobre los temas de la ambiciosa agenda de la Cumbre, particularmente en torno a la formulación de un Pacto Digital Global. 

En julio pasado, fue circulada entre los miembros de la ONU, la tercera revisión del proyecto de declaración sobre el Pacto Digital que servirá de base para las negociaciones previstas en la Cumbre.  En los párrafos preambulares de la declaración se reconoce que el ritmo y el poder de las tecnologías emergentes están creando nuevas posibilidades, pero también nuevos riesgos para la humanidad. En consecuencia, se enfatiza la necesidad de identificar y mitigar los riesgos y de garantizar la supervisión humana de la tecnología de manera que se fomente el desarrollo sostenible y el pleno disfrute de los derechos humanos.

El proyecto de Pacto Digital Global se enfoca en cinco objetivos fundamentales: (1) Cerrar todas las brechas digitales y acelerar el progreso en el cumplimiento de los ODS; (2) Ampliar la inclusión y los beneficios de la economía digital para todos; (3) Fomentar un espacio digital inclusivo, abierto, seguro y protegido que respete, proteja y promueva los derechos humanos; (4) Promover enfoques de gobernanza de datos responsables, equitativos e interoperables; y (5) Mejorar la gobernanza internacional de la inteligencia artificial en beneficio de la humanidad.

Finalmente, el proyecto apunta que para alcanzar dichos objetivos la cooperación debe ser ágil y adaptable a un panorama digital en rápida evolución. Se requiere que los gobiernos trabajen en colaboración y asociación con el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones internacionales, las comunidades técnicas y académicas, para hacer realidad un futuro digital que sea benéfico para toda la humanidad. 

Como lo he comentado en esta columna, el ciberespacio carece de fronteras y se ha convertido en el espacio privilegiado de los avances tecnológicos, pero es inseguro y carece un marco regulatorio internacional.  

Es urgente, por tanto, convenir un marco mundial inclusivo, que – como lo propone la ONU – establezca principios, objetivos y medidas para avanzar hacia un futuro digital abierto, libre, seguro, basado en los derechos humanos universales y que permita alcanzar los ODS. 
Fuentes:

@CarlosdeIcaza

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