Por:  Florencia Lagos Neumann

La mandataria electa, Claudia Sheinbaum, realizó el 17 de junio una consulta popular para conocer la opinión de la gente y el resultado arrojó que un 80% de los encuestados avalaron la iniciativa para cambiar el Poder Judicial mexicano.
Que sectores de izquierda o progresistas en América Latina lleguen al poder no significa necesariamente vientos de cambios reales y menos continuidad. Muy por el contrario, el sistema capitalista neoliberal está hecho para una agotadora alternancia o peor, que todo cambie para que nada cambie.

Sin embargo, si observamos el caso mexicano nos daremos cuenta de un fenómeno particular y esperanzador.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como lo llamó su sucesora Claudia Sheinbaum: “El mejor presidente de México y la historia moderna”. Después de décadas de administraciones de derecha, llegó al poder con un 53,8 % y comenzó su mandato con cambios paulatinos que transformaron la vida material de los ciudadanos.

Sus primeras medidas estuvieron enfocadas en terminar con las injusticias sociales y construir en México un Estado de Bienestar. Incrementó sustancialmente el salario mínimo; aplicó las llamadas “transferencias monetarias”, aumentando en un 55%, y el ingreso laboral promedio creció en un 24% por encima de la inflación. A esto se suma que más de cinco millones salieron de la pobreza, la reducción más importante en los últimos 16 años.

Todo lo anterior significó que AMLO terminó su mandato con un 60% de aprobación.

Carolina Rangel, presidenta del partido MORENA, cuando le preguntan sobre el legado de Andrés Manuel López Obrador, señala: “El amor al pueblo. Definitivamente, por el bien de todas y todos, primero las y los pobres, con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Lo puedo reducir en algo que suena muy sencillo, pero es muy profundo: el amor al pueblo”.

Considerando lo anterior, el presidente mexicano fue más allá y firmó el decreto ley que establece la Reforma del Poder Judicial, la cual modifica, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Constitución relacionadas a dicho poder.

La nueva ley permitirá la elección por voto popular de jueces federales, magistrados y ministros. Al respecto AMLO afirmó: “Con esta Reforma el país tendrá un auténtico Estado de Derecho”.

Un hecho inédito en nuestra región, que busca evitar los casos de corrupción como los acontecidos en Chile, donde partidos políticos de derecha se coluden para asignar jueces afines a sus intereses y de esta forma ser impunes ante delitos tributarios y de diversa índole.

La mandataria electa, Claudia Sheinbaum, realizó el 17 de junio una consulta popular para conocer la opinión de la gente y el resultado arrojó que un 80% de los encuestados avalaron la iniciativa para cambiar el Poder Judicial mexicano.

Sin duda un triunfo y una muestra de la continuidad del proceso transformador que encabeza el partido MORENA, ahora a través de su lideresa, la primera presidenta mujer electa de México, Claudia Sheinbaum. Otro hecho inesperado para una sociedad profundamente machista y patriarcal.

En medio del caos y la ofensiva derechista e imperialista que sacude a nuestro continente, sin duda la experiencia mexicana sienta un cambio de paradigma para los gobiernos en América Latina y el Caribe.
Sí se puede transformar la sociedad sin ser meros administradores del modelo neoliberal, cambiar las condiciones de vida de las personas, sus mentalidades y mostrar que otra forma de vida es posible.

Por Florencia Lagos Neumann

Máster en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales.
Fuentes:

@FloreciaLagosN

elciudadano.com