SAÚL ORTEGA

La propuesta de reforma energética, enviada por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador al Congreso de la Unión, dividió a los legisladores federales de la alianza Va por México conformada por PAN, PRD y PRI.

Los diputados zacatecanos del Partido Acción Nacional (PAN) Noemí Berenice Luna Ayala y Miguel Ángel Varela Pinedo y del de la Revolución Democrática (PRD), Miguel Torres Rosales, manifestaron abiertamente que van contra esta reforma.

En contraparte, la legisladora del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carolina Dávila Ramírez, precisó que es necesario un análisis más de fondo para determinar si su bancada estará a favor o contra esta iniciativa presidencial. 

Luna Ayala, mediante un mensaje en Facebook, explicó que “esta reforma equivale a lo que fue el gasolinazo, es decir, el aumento de tarifas, no queremos que el recibo, que de por sí ya llega carísimo, siga llegando más caro”.

Agregó que “por eso decimos con toda claridad: no al tarifazo. Queremos que haya competencia, porque cuando hay competencia el servicio es mejor y puede traducirse en que el recibo llegue más barato”.

Precisó que el planteamiento presidencial es aumentar el control estatal,afectando la competitividad del sector, “por ende ocasiona que cueste más la producción de electricidad, se puede traducir en un aumento en el precio a las familias”.

Advirtió que, ante la falta de competitividad, “es posible que haya menor eficiencia, por eso los diputados no vamos a permitir que se apruebe al vapor esta iniciativa”.

Su compañero de bandada Varela Pinedo, también a través de Facebook, publicó que, tras revisar los pros y contras de la reforma, “ganaron las desventajas, por eso voy a votar encontra”.

Expone, de aprobarse la iniciativa de López Obrador, “el costo de la luz va a subir, pero la calidad del servicio va a bajar y podría haber más apagones”.

Agregó que “la principal fuente de energía en México seguiría siendo el petróleo otros 10 años más y si de por sí hay pocas energías limpias en el mercado, sin permisos habrá menos, las empresas no van a querer invertir en México”.

Mientras que el diputado perredista Torres Rosales advirtió que, de aprobarse la reforma energética, habrá un costo político, económico y social, “porque el presidente pretende monopolizar el servicio de distribución de energía”.

Advirtió que esto es debido a que existen varias incongruencias e inconsistencias en los planteamientos en la iniciativa de reforma. 

De ahí que se dijera a favor de la postura del PRI de establecer mesas de diálogo y análisis con la finalidad de conocer todos los alcances que puede tener de aprobarse en el sentido que la recibió el Poder Legislativo. 

“Pero nos quiere vender la idea que es por el bien del país, para bajar las tarifas, nos quieren someter a un monopolio, pero es que al presidente no le interesa una empresa competitiva, sino una empresa sin competencia”, añadió.

La legisladora príista, Dávila Ramírez, indicó que su bancada aún no define si votará a favor o contra la reforma, “porque es necesario revisarla de fondo, conocerla en voz de los expertos en energía”. 

Añadió que la reforma “no está nada clara, necesitamos expertos. No vamos a apoyar algo que al final de cuenta va a afectar a millones de mexicanos en el costo de las tarifas”.

Fuente: ntrzacarecas.com