Por: Edgar Hernandez

Línea Caliente 

Luego de allanar el camino a Rocío Nahle, el gobernador Cuitláhuac García pierde el control de Morena y empuja a las tribus a encarnizada lucha.
En paralelo la oposición se fortalece al destaparse Pepe Yunes, mostrando un mayor empuje y una determinación no vista al adelantar que ira por la candidatura por su partido, luego por la alianza ¡Va por México!
La intempestiva declinación de Ricardo Ahued justo cuando se modifica la Constitución local que permite a Rocío Nahle y a él mismo, jugar por la primera magistratura estatal, se produce en momentos en que la imagen del alcalde está por las nubes.
Ahued declina por órdenes de Palacio Nacional provocando desaliento en un sector de Morena.
A ello se suma el escandaloso apartamiento del Delegado del Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien –según él- de manera legítima manifiesta su aspiración de jugar la gubernamental, para recibir por respuesta la amenaza del propio Cuitláhuac de llevarlo a la cárcel por violación sexual.
Huerta, quien maneja buena parte del control electoral vía programas sociales sostuvo que “ninguna persona tiene asegurada la candidatura, ni siquiera la actual Secretaria de Energía, Rocío Nahle García; serán los militantes los que decidan al o la candidata”.
Después de una aparatosa precampaña mediática por todo Veracruz, en la cual el aspirante Sergio Gutiérrez Luna, derrochó recursos de la Cámara de Diputados, la embestida del gobierno de Cuitláhuac en su contra fue brutal.  
“No representa nada; no alborota ni a los pollos”, expresó el llamado Bola #8. Antes lo llamó “mequetrefe y podría decir que es un payaso, pero ofenderíamos a los payasos”, le espetó públicamente Eric Cisneros.
Las luchas intestinas entre el Secretario de Gobierno y el líder de los diputados, Juan Javier Gómez Cazarín se han recrudecido y las patadas bajo la mesa están a la orden del día.
Mientras el pleito de comadres entre las mujeres del Subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero y la del legislador líneas arriba mencionado, por temas de dinero y amores perros, ocupa el espectro mediático más allá de la gobernabilidad. 
Y en el marco del débil liderazgo de Cuitláhuac García, se mueve el dirigente espurio de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, quien por su falta de carácter y no ser más que la pareja de gobernador, pone en entredicho la unidad del movimiento.
Regresa a la memoria la solicitud de acceso a la información con el número de folio 2230000015321, hecha por el periodista Marco Antonio Aguirre Rodríguez, “El Místico”, quien solicitó al CEN de Morena copia del nombramiento como delegado en Veracruz de Esteban Ramírez Zepeta. 
La respuesta fue contundente: “No hay tal nombramiento”.
Ramírez Zepeta es el responsable de todos los cochupos, fraudes electorales y violencia a pie de casillas. Es quien ordeña el dinero de la operación política y es el agente promotor de Nahle.
Todo por instrucciones del gobernador, quien no mueve un dedo sin permiso de López Obrador, empeñado en su corcholata Claudia Sheimabum, otra necia que quiere imponernos a la zacatecana Rocío Nahle.
Jodido pues, está el asunto.
Ello afortunadamente ha permitido a la oposición panista avanzar. Una “Consulta Nacional” a partir del próximo miércoles busca reformar sus estatutos “para dar unidad y rumbo para ganar el 2024”.
Mientras del lado del PRI, Pepe Yunes levanta el dedo. 
Muestra carácter y se “destapa” para la gubernatura consciente de que 2018 no será igual al 2024 y que ahora toca a la sociedad civil decidir llevando como punta de lanza al PAN-PRI-PRD.
En paralelo, primera semana de diciembre Dante y su Movimiento Ciudadano decidirá, aun cuando ya hay avances para sumarse a ¡Va por México!
“Buscaré la candidatura de mi partido a la gubernatura”, dijo Pepe Yunes contundente, al tiempo que adelantó que encabezará un frente para atacar los problemas de seguridad, desarrollo económico y salud”.
Hoy por lo pronto queda claro que la decisión de Cuitláhuac en favor de Nahle, desató una lucha sin cuartel en sus tribus.
Nomás nadie traga a la zacatecana quien por cierto se ha mantenido en silencio ante el alud de críticas por la modificación constitucional, así como las revelaciones sobre su pasado corrupto y fracaso en “Dos Bocas”. Solo atrevió a responder «Soy una dama», como justificación a su atropello. 
En el ánimo del imaginario colectivo no hay duda que entre los múltiples pasivos en su contra están su carácter irascible, la ausencia de liderazgo y sus escandalosos negocios plagados de corruptelas.  
La Nahle no gusta y no entra al ser jarocho. Es incompatible a la alegría natural y a las tradiciones. 
Su nominación, más que una falta al respeto a la posibilidad que tienen más los que los ocho millones de veracruzanos, es por las 4.2 millones de mujeres veracruzanas impedidas a aspirar a la gubernatura.
En realidad, su amor a Veracruz no es por servir a los veracruzanos, sino por servirse de los 132 mil millones anuales de presupuesto que tiene la entidad. 
A Morena, al Peje, le gusta burlarse de los veracruzanos trayendo a una zacatecana a gobernarnos del 2024 al 2030. La última página de la historia, sin embargo, está por escribirse. 
El despertar de la sociedad civil será definitorio.
Tiempo al tiempo. 

*Premio Nacional de Periodismo

@LineaCalienteEd