Por: POR HUGO ERIC FLORES

“Se necesita una reforma al Poder Judicial y la misma tiene que incluir cambios a la Judicatura Federal. México lleva muchos años inmerso en una crisis de seguridad pública y justicia.”  No, no lo dijo el Presidente López Obrador, lo dijo Norma Piña, Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 8 de Julio de 2024 en el marco del Encuentro Nacional para una Agenda de Seguridad y Justicia. “SE NECESITA UNA REFORMA AL PODER JUDICIAL” así con comillas y en mayúsculas.

Pero aún hay, quienes no se dan cuenta de los tiempos que vivimos. Son tiempos de cambio y de establecimiento de nuevas reglas y nuevas instituciones. La crisis en materia de seguridad y de procuración y administración de justicia es nuestro pan de cada dia. En este nuevo régimen que estamos construyendo se impone un cambio, un cambio radical.

La reforma al Poder Judicial tiene como uno de sus principales objetivos la LEGITIMIDAD de este poder del Estado Mexicano. Datos sobran:

Solo 1 de cada 100 delitos de alto impacto termina en castigo. La impunidad es el cáncer que carcome a México. En nuestro país puedes hacer lo que quieras, puedes violar flagrantemente la ley, porque no hay un sistema funcional que te llame a cuentas.

En el Informe de “Justicia Cotidiana del CIDE” se distinguen seis grupos de justiciables: familias, trabajadores; ciudadanos ante gobiernos federal y locales; empresarios; Comunidades y Escuelas. Los resultados son desalentadores por decir lo menos: No hay justicia cotidiana de acuerdo al 56% de los ciudadanos mexicanos quienes NO confían en el sistema judicial.

En el “Índice de Independencia Judicial” México esta por debajo del promedio de los países de la OCDE. Y sin reforma. En la “Encuesta Nacional de Cultura Constitucional” del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM revela la inclinación de la población a la justicia por mano propia. 5 de cada 10 mexicanos contestaron tener ese derecho, la razón principal es porque “el gobierno” no lo hace. Podría seguir citando datos, pero creo que todas y todos sabemos nuestra realidad.

Nadie pone en duda que la independencia es uno de los pilares en los que debe estar cimentado el funcionamiento del Poder Judicial. ¿Pero que es la independencia judicial?

La independencia judicial existe cuando los juzgadores pueden administrar justicia y tomar sus decisiones sin estar sujetos a consignas de órganos superiores del poder judicial, de otros poderes del estado, o de otras personas en situación de poder económico o político. Esa es la verdadera independencia, aplicar la ley sin presiones de nadie. 

Justamente esa es el alma de la reforma que aprobamos los Diputados Federales en la madrugada del 4 de septiembre: que NADIE pueda influir en los juzgadores. ¿Y como propone la iniciativa resolverlo? Con DEMOCRACIA

Pretender democratizar al Poder Judicial no significa que quiera controlarse, no lo permitiríamos, y por más retórico que suene, se busca devolver la “Soberanía al Pueblo.” Es el artículo 39 constitucional cobrando vida para que nuestros juzgadores estén sujetos a la voluntad ciudadana y al escrutinio público. 

Para acabar con el círculo de violencia, impunidad y corrupción, el dictamen que se aprobó no sólo buscó la legitimidad del poder judicial ante el pueblo, sino la LEGITIMIDAD DEMOCRÁTICA. Nuestro objetivo real es que los ciudadanos volvamos a creer en nuestros juzgadores de todos los niveles porque fuimos nosotros quienes los elegimos. 

Se sostiene sin evidencia empírica que los Jueces designados mediante elección popular son menos independientes, pero no hay base científica, ni técnica que respalde este falaz argumento. En un estudio realizado en losEstados Unidos en el 2007, que evalúa las decisiones de tribunales locales de jueces designados mediante diversos métodos, “no hubo diferencias” al evaluar la eficacia, calidad e independencia de esos tribunales. Quienes hoy aseguran que MORENA pondrá a los nuevos juzgadores lo hacen por simple suposición. Y peor aún, quienes aseguran que no habrá independencia lo hacen prediciendo el futuro, sin tener sustento científico. 

El poder judicial es el alma del Estado de Derecho. El Estado de Derecho es la clave para generar condiciones para los negocios y para las inversiones, cruciales para el crecimiento económico y el bienestar humano. Tanto los empresarios nacionales, como la comunidad internacional y, desde luego, nuestros aliados comerciales de América del Norte, ante la crisis sin salida de nuestro sistema de justicia, deben entender que los que estamos buscando es un cambio profundo, estructural, integral y gradual al poder judicial. Eso no es poca cosa, y el proceso tenía que iniciar. 

Que no se asusten los inversionistas, ni los mercados, porque estamos buscando un mejor ambiente para los negocios y un marco legal propicio para que haya justicia expedita y apegada a derecho. Quien diga lo contrario miente.  Queremos legitimar al poder judicial para que sea la piedra angular de nuestro sistema de justicia y lo queremos hacer democráticamente. 

La independencia judicial NO está en riesgo porque NO se buscan resoluciones de la Suprema Corte a modo, como ha sucedido siempre en México. La independencia judicial NO está en riesgo porque NO se busca poner juzgadores a modo. La independencia judicial NO está en riesgo porque no se trata de invadir atribuciones o funciones. En ninguna parte de la reforma se plantea transferir funciones o atribuciones al Ejecutivo. Al contrario, se ceden. 

Los diputados de buena fe que votamos en favor de esta reforma, lo hicimos para que el poder judicial en su interior no obedezca a prebendas o a amenazas. No nos engañemos en la justicia cotidiana hay que pagar por los servicios de justicia, y claro que no sería justo señalar a todos los juzgadores y menos a los de carrera, pero ese es el sistema, y ese sistema hay que romperlo. 

Los mejores abogados no son los que mejores prácticas tienen, sino los que mejores relaciones tienen. Los abogados más exitosos en este momento en México, no son los más capaces sino los que son mejores publirrelacionistas. Y en esta realidad salen embarrados muchos despachos de abogados panistas y de amigos de influyentes políticos priistas, por eso es que muchos están con todo para que los juzgadores que ellos pusieron no salgan del Poder Judicial. 

En el régimen pasado, priista y panista, una llamada a un juez o a un ministro a quien le debían su cargo bastaba para cambiar una resolución y torcer el derecho. Triste, pero esa es la realidad que queremos cambiar. Queremos rescatar a un poder del estado que fue secuestrado por intereses personales, generalmente de índole económico y político. 

Nunca más Ministros puestos por los Partidos o por poderes fácticos. Nunca más tener un poder que no sea un contrapeso del poder ejecutivo, no nos sirve un poder judicial que sea lacayo. Nunca más una Suprema Corte que sea “el cuartel de invierno de nuestras nulidades políticas”. Por cierto, hoy algunas coladas al movimiento de transformación nacional. 

Legitimación democrática es la consigna, le sirve a México un poder Judicial legitimado porque de ellos depende en gran manera el consolidar un verdadero Estado de Derecho. En mi opinión, México necesita un Estado Social de Derecho donde la justicia llegue a la gente, a todos, y no solamente a los que la puedan comprar. La independencia judicial NO está en riesgo porque no se busca desaparecer al poder Judicial sino reinventarlo, reformarlo, refundarlo. 

La democracia es un sistema fundado en la voluntad popular, en tomar decisiones colectivas. El sistema debe ser sacudido, y debe ser sacudido por la voluntad popular. Se acabaron los jueces a modo y las presiones de la alta burocracia judicial. Esta generación está viviendo un cambio de paradigma, estamos creando el nuevo derecho constitucional mexicano buscando construir un Estado Social de Derecho. Se que los cambios radicales son difíciles de entender pero lo que se está instaurando es un Estado Social de Derecho con un Nuevo Derecho Constitucional Mexicano.  

Entiendo a los que le temen a la democracia porque ya no saben ganar elecciones. Solo saben participar para ver que les toca. En el Poder Judicial a los que se repartían los cargos, ya no les tocará nada, porque ahora el pueblo decidirá y los jueces serán autónomos e independientes en sus decisiones. Ningún partido participará en las elecciones de los juzgadores en México. Se acabó la partidocracia que se repartía los espacios de la alta burocracia judicial. 

El Status quo está a punto de ser quebrado, el paradigma que el poder judicial era intocable, y solo se lo repartían una minoría poderosa, va a caer. Los cimientos del viejo Estado están siendo removidos y quienes no lo acepten se irán al basurero de la historia. Para los que creen que alcanzar la justicia en México era como perseguir al viento, que era una utopía, para los que creen que no es posible enderezar lo torcido les hemos empezado a demostrar que sí es posible. 

Vote a favor de la reforma al poder judicial porque en mi caminar por todo el país me di cuenta que el pueblo tiene hambre y sed de justicia; porque la paz que queremos para México debe ser el fruto de la justicia; y porque es tiempo que la iniciemos fortaleciendo a las instituciones que imparten justicia, la justicia es lo único que puede engrandecer nuestra sangrada nación. 

Fuentes:

@HUGOERICFLORES

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