prospera

* En las últimas administraciones federales, el principal programa asistencial ha cambiado en cuatro ocasiones de nombre, pero sin dar los resultados esperados.

 

Nereida González

Fotos: Agencia PAGOSA

 

La transformación de Oportunidades al Programa de Inclusión Social (Prospera), obligará a los afiliados a pagar una serie de impuestos para poder ser contemplados en préstamos financieros o proyectos productivos, reconoció el delegado en Oaxaca, Jorge Zárate Medina.

Al dar a conocer los cambios que sufrió este sector, con el objetivo de eficientar los canales y métodos para combatir la pobreza, el funcionario federal expuso que quienes se encuentran en  el padrón no sólo recibirán los apoyos económicos bimestrales sino también podrán tener acceso a la gama de opciones con la que se cuenta.

Explicó que actualmente Prospera beneficia a 482 mil 361 personas y se espera que en el 2015 se afilien 50 mil familias más.

Precisó que con el cambio de estrategias, en el sector educativo los jóvenes podrán beneficiarse con las respectivas becas a nivel universitario y bachillerato así mismo las familias podrán afiliarse afiliarse al Seguro Popular o Seguro Médico Siglo XXI.

En tanto los niños y niñas recibirán nuevos suplementos alimenticios, expuso Zarate Medina quien aseguró que con ello será más eficaz el combate a la pobreza toda vez que los que se encuentran en el programa tendrán prioridad en el Servicio Nacional de Empleo y en el Programa Bécate así como programas sociales.

Aseguró que Prospera atiende a 428 mil 326 familias de las cuales 21 mil 073 pertenecen al Programa Nacional Sin Hambre, en el que están incluidos los 570 municipios y en más de ocho mil 492 localidades.

Del mismo modo, negó que estos programas respondan a interés electorales o partidos políticos de acara a las elecciones que se avecinan para elegir a los diputados federales.

Manifestó que no se ha pedido copias de credenciales para afiliación de pobladores de municipios considerados en el programa de Combate Contra el Hambre, tal como lo denunciaron habitantes del municipio de Santa Cruz Xoxocotlán y de la región de la Cañada en donde los promotores han exigido la identificación oficial para poderlos afiliar.

Lo anterior al reconocer que en años anteriores entre los beneficiarios se encontraban diputados, presidentes municipales o en su caso sus familiares.

 

Cuatro nombres,

mismos resultados

 

(Agencias) Hasta ahora los programas de las últimas cinco administraciones federales, desde 1988 hasta 2014 han cambiado de nombre en cuatro ocasiones, pero pareciera que es una política de gatopardismo, en donde todo cambia, para quedar igual.

De acuerdo con cifras estadísticas, en 1992 el 53.1% de la población mexicana vivía en situación de pobreza patrimonial, pero diez años después, gracias a los programas contra la pobreza, se disminuyó uno por ciento, es decir que en la última medición eran 52.3%.

Es decir, que somos un país de pobres.

Que en veinte años de programas contra la miseria, apenas se logró disminuir uno por ciento.

Los programas de Solidaridad, estrategia anunciada durante la administración federal de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994); pasando por Progresa, presentado en la gestión de Ernesto Zedillo (1994-2000), y Oportunidades, implementado en el gobierno del panista Vicente Fox (2000-2006) y continuado por su correligionario Felipe Calderón (2006-2012), ahora el principal programa gubernamental para abatir la pobreza se llamará Prospera en lo que resta del sexenio.

Vale la pena tener en cuenta lo anterior, ahora que nuevamente, el presidente de la república en turno, Enrique Peña Nieto acaba de dar a conocer en su segundo informe de gobierno, que el programa de combate a la pobreza que hasta ahora se llamaba Oportunidades cambiará su denominación por el de Prospera.

Habrá que darle el favor de la duda, de hasta donde lo que ahora se anuncia como programa insignia de la lucha contra la pobreza, logra los resultados esperados y no se trata nada más de cambiar de nombre, que se identifique con una administración de un presidente, sino ver hasta donde contiene efectivos componentes que puedan mejorar las condiciones de producción y de vida de quienes ahora viven en la pobreza.

Resulta preocupante si realmente es un cambio de nombre y forma parte de un diagnóstico detallado de la situación y debilidades del programa anterior; o si es, más bien, un intento por desvincularse de los programas anteriores y generar una nueva marca política.

Hasta ahora, el programa de Oportunidades, ha sido un programa efectivo, pero para los funcionarios públicos, que tienen a su cargo el manejo de esos recursos, los manejen de manera discrecional, apoyando a quienes forman parte de una estructura partidista, ya sean igual panistas o priistas.